
Tubing en Palomino: flotar entre la selva y el mar Caribe
Una experiencia particular de disfrutar el encuentro entre el río y el mar, mientras contempla de la riqueza natural de uno de los lugares más visitados en Colombia.

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Desde lo alto del río Palomino, con la brisa tibia de la Sierra Nevada en la cara y el sonido de los pájaros como única compañía, comienza una de las experiencias más relajantes y emocionantes del Caribe colombiano: el tubing. No hay motores ni remos ni esfuerzo. Solo la corriente del agua que lleva suavemente a los viajeros a través de un túnel verde de árboles y montañas, hasta encontrarse con la inmensidad del mar Caribe.
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La aventura inicia en el pequeño pueblo de Palomino , a unas dos horas de Santa Marta. Aquí, los locales ofrecen recorridos guiados en tubing por el río, una actividad que se ha vuelto el sello inconfundible de la zona.
Con una llanta inflable en la mano y chaleco salvavidas puesto, los visitantes suben en moto o camioneta a una zona más alta del río. Desde allí, comienza una corta caminata entre la selva que ya es, en sí misma, un espectáculo de naturaleza: mariposas de colores revolotean en el aire, los monos aulladores marcan su presencia con sus potentes llamados y el aroma de los árboles húmedos llena los pulmones.
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Al llegar al punto de inicio, los guías dan instrucciones sencillas: sentarse sobre la llanta, relajar el cuerpo y dejarse llevar por la corriente. No hay más que hacer. En cuestión de segundos, el agua fresca y cristalina abraza a los viajeros, mientras el río los acoge en su lento y apacible recorrido.
El tubing es una de esas experiencias que enseñan la importancia de la paciencia y la conexión con el entorno. Durante el trayecto, que dura entre 1 y 2 horas dependiendo del caudal, todo se reduce a observar el cielo abierto, escuchar la sinfonía natural de la selva y sentir la calma absoluta.
De repente, en un recodo del río, aparecen niños de las comunidades indígenas Kogui y Wiwa, saludando con timidez desde la orilla. Algunos viajeros aprovechan para refrescarse aún más, sumergiéndose en los sectores más profundos del río, mientras otros simplemente se dejan llevar, flotando boca arriba y sintiendo el sol calentar la piel.
El tramo final del recorrido es, sin duda, el más especial. De pronto, la selva se abre y la corriente lleva a los viajeros a un escenario inesperado: la desembocadura del río en el mar Caribe. Es un momento de asombro absoluto, donde el agua dulce y la salada se mezclan en un vaivén hipnótico. Aquí, algunos deciden quedarse en la playa para disfrutar del paisaje, mientras otros caminan hasta el pueblo para compartir sus historias con otros viajeros.
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Precio del tour: Dependiendo del operador y el tipo de transporte hasta el punto de inicio, el recorrido cuesta entre 40.000 y 70.000 COP por persona.
Duración: Entre 1 y 2 horas, dependiendo del nivel del río.
Qué llevar: Ropa de baño, bloqueador solar (ecológico preferiblemente), gorra o sombrero y sandalias. No se recomienda llevar objetos de valor sin protección impermeable.
Mejor época para hacerlo: De diciembre a abril, cuando el nivel del río es perfecto y el clima es más seco.
Dónde reservar: En las agencias del pueblo o directamente con los guías locales en la playa.
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Palomino es uno de esos destinos que tienen el don de hacer que todo fluya. Así como el río lleva a los viajeros sin prisa hasta el mar, el tiempo aquí parece detenerse, invitando a disfrutar de la vida con la misma calma con la que el agua acaricia la orilla.
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