En el corazón de Bogotá se encuentra una joya histórica que ha resistido el paso del tiempo y los embates de la naturaleza: la Iglesia de San Francisco, la más antigua de la ciudad .
Este emblemático templo, con 467 años de existencia, es un testimonio vivo del legado colonial y un lugar que no puedes dejar de visitar si buscas sumergirte en la historia de la capital colombiana.
El inicio de la historia: de Las Nieves a San Francisco
Todo comenzó en 1550, con la llegada de los franciscanos al Nuevo Reino de Granada. Inicialmente, el templo fue conocido como la Parroquia de Las Nieves, ubicada en la Carrera Séptima. Posteriormente, fue trasladado al terreno que ocupa actualmente gracias a la donación de casas realizada por el arzobispo Fray Juan de los Barrios.
Con el esfuerzo y la fe de la comunidad, los franciscanos levantaron un convento que comprendía dos manzanas. Este espacio, ampliado entre 1586 y 1611, incluyó el icónico retablo mayor construido en 1623.
El sismo de 1785 marcó un antes y un después en la historia de la iglesia. La torre principal sufrió daños severos, al igual que una de sus paredes laterales. Sin embargo, los esfuerzos de restauración permitieron reconstruirla y devolverle su esplendor. En 1794, el templo fue consagrado nuevamente, un hecho inmortalizado en una inscripción ubicada en su fachada.
A pesar de enfrentar otros desastres naturales, como los terremotos de 1743 y 1826, la Iglesia de San Francisco ha permanecido como símbolo de resiliencia y fe en Bogotá.
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En 1861, la historia tomó un giro cuando los franciscanos fueron expulsados y el edificio pasó a manos del entonces presidente Tomás Cipriano de Mosquera. Aunque se consideró utilizar el complejo como cárcel, finalmente se convirtió en la sede de la Gobernación de Cundinamarca, un uso que mantiene hasta el día de hoy.
La Iglesia de San Francisco combina elementos barrocos y neoclásicos que narran su evolución a lo largo de los siglos. Destacan su fachada principal con piedras de sillar labradas, las columnas dóricas que adornan la entrada y la estatua de San Francisco, un símbolo de devoción y arte.
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En el interior, las capillas laterales integradas tras el terremoto ofrecen una visión única del ingenio arquitectónico de la época, mientras el retablo mayor, una obra maestra, es testigo de los detalles artísticos del siglo XVII.
El misterio del Cristo de la Agonía
Entre las piezas más fascinantes que alberga la Iglesia de San Francisco está el Cristo de la Agonía, una figura que intriga por su larga cabellera.
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Aunque la creencia popular afirma que su cabello crece milagrosamente, expertos aseguran que esto no es posible, pues la imagen está hecha de yeso. Aun así, la figura continúa atrayendo a fieles y curiosos, siendo un símbolo de fe y misterio.
La Iglesia de San Francisco no solo es el templo más antiguo de Bogotá, sino también un espacio cargado de historia, arquitectura y leyendas que reflejan el dinamismo de la ciudad. Al visitarla, no solo admirarás un monumento histórico, sino que te conectarás con siglos de tradición, fe y resistencia.