En esta ciudad colombiana está el laberinto natural cerca al mar más grande de América Latina
Laberinto Macondo nació como idea de una familia samaria que se inspiró en la obra de Gabriel García Márquez para realizar este icónico atractivo turístico visitado por más de 10.000 turistas al año.
A tan solo 50 minutos de Santa Marta
, a la altura del kilómetro 35 en la vía hacia Palomino, se encuentra un rincón mágico que fusiona naturaleza, cultura y el realismo mágico
: el Laberinto Macondo.
Este innovador espacio, el primer laberinto natural de Colombia y uno de los más extensos de América Latina, abarca más de 4.000 metros cuadrados y se sitúa a menos de 100 metros del Mar Caribe, ofreciendo una experiencia que invita a perderse para reencontrarse.
La historia de este emprendimiento es tan cautivadora como el propio destino. La idea nació en 2019, antes de la pandemia, como un proyecto familiar inspirado en “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez. Con pequeños árboles y elementos simbólicos, la familia Santiago Lozano comenzó a dar forma a un recorrido que, tras más de tres años de dedicación y esfuerzo, se concretó en lo que hoy conocemos como el Laberinto Macondo.
Según Andrés Felipe Santiago Lozano, cofundador, “la visión era que cada visitante pudiera emprender un viaje de introspección, descubrir su propio Macondo y experimentar ese estado de ánimo que Gabo plasmó en su obra, donde perderse es la mejor manera de encontrarse”.
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El recorrido, que dura entre 30 y 40 minutos, invita a los visitantes a atravesar seis estaciones temáticas que evocan la esencia del Caribe colombiano y las tradiciones literarias. Desde el “Árbol Macondo”, representado por una estructura imponente, hasta una réplica de una casa de Aracataca
con muebles y objetos autóctonos, cada etapa es un guiño a la cultura y la historia regional.
Una malla elevada tejida por pescadores de Taganga ofrece una vista panorámica espectacular, mientras que un bote pesquero y una torre mirador complementan esta experiencia única. Al finalizar el recorrido, una bebida refrescante cortesía de la casa cierra el viaje sensorial.
Laberinto macondo.
Suministrada.
Con una afluencia de más de 10.000 visitantes al año, entre turistas nacionales y extranjeros, el Laberinto Macondo se ha posicionado como un punto de encuentro para quienes buscan una experiencia auténtica y transformadora. Además, este proyecto se rige por un firme compromiso con el medio ambiente y el cuidado del entorno, lo que se refleja en cada detalle la gestión de este espacio.
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La experiencia no termina con el recorrido. El restaurante “La Pámpara”, ubicado en este mismo lugar, deleita a los visitantes con una oferta gastronómica que fusiona la cocina típica del Caribe con innovaciones culinarias, como pizzas al horno de leña, sancocho en leña y mojarra frita. La comodidad se extiende al servicio de parqueadero privado y múltiples medios de pago, facilitando el acceso para quienes viajan en vehículo propio o mediante transporte público.
Pero respondiendo a la necesidad de los visitantes, este año Laberinto Macondo empezará a ofrecer el servicio de alojamiento, para que aquellas personas puedan vivir la experiencia de quedarse en este mágico lugar.
“No se trata de un hostal ruídoso o de fiestas como los usuales en esta zona, sino de un espacio cargado de tranquilidad y paz, reservado y privado, para que aquellas parejas o pequeñas familias puedan sentir el atardecer y amanecer con los sonidos de los pájaros”, afirmó Andrés Felipe.
El laberinto macondo también se ha convertido en un destino atractivo para el turismo MICE. Empresas de diversos sectores eligen este espacio para realizar actividades de incentivos y team building, aprovechando la combinación única de naturaleza, cultura y espacios versátiles.
“Santa Marta se consolida como un destino MICE gracias a lugares únicos como el Laberinto Macondo, que no solo ofrece experiencias inolvidables, sino que también impulsa el crecimiento de nuestro turismo de reuniones y eventos. Este espacio se ha convertido como una opción diferenciadora para que las empresas puedas realizar sus actividades con sus colaboradores”, afirma Sara Illidge, directora del Convention Bureau de Santa Marta
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En definitiva, cada paso dentro del Laberinto Macondo es una invitación a desconectar, reflexionar y reconectar con uno mismo, en un ambiente donde la naturaleza y la literatura se funden para crear recuerdos imborrables. Aquí, perderse es el primer paso para encontrarse.