El año 2023 fue sin duda un punto de quiebre para la inteligencia artificial (IA), desencadenando un torrente de innovaciones que sentaron las bases para lo que se avecina en el 2024. A pesar de los avances notables, la comunidad científica y tecnológica aguarda con expectación, consciente de que lo mejor aún está por venir. En este extenso análisis, exploraremos a fondo tres avances potencialmente transformadores que podrían definir la narrativa de la IA en el próximo año.
1. La potencial era de la Inteligencia Artificial General (IAG)
El intrigante destitución y reinstalación del CEO de OpenAI, Sam Altman, en el tumultuoso 2023, ha dejado entrever rumores que apuntan a un proyecto secreto denominado Q* (pronunciado Q-estrella). Este sistema podría representar una realización revolucionaria de la inteligencia artificial general (IAG), un hito teórico donde la IA supera la inteligencia humana. La información escasa sobre este sistema solo agudiza la curiosidad, pero si los informes son ciertos, Q* podría catapultar las capacidades de la IA a niveles insospechados.
La IAG, también conocida como la "Singularidad", plantea cuestionamientos éticos y prácticos sobre el futuro de la relación entre humanos e IA. Expertos, incluido Jensen Huang de Nvidia, sugieren que este año podría marcar el comienzo de una nueva era en la evolución de la inteligencia artificial.
2. Deepfakes hiperrealistas y su impacto en la democracia
La amenaza constante de deepfakes, videos generados artificialmente que pueden tergiversar realidades, plantea un riesgo latente, especialmente en el ámbito político. La IA ha avanzado al punto de generar deepfakes en tiempo real, alcanzando un nivel de realismo que desafía la percepción humana. Este fenómeno de "hiperrealidad" introduce una complejidad adicional al panorama político, haciendo que la distinción entre hechos y ficción sea casi imposible a simple vista.
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Mientras nos acercamos a las elecciones presidenciales de 2024, la influencia de la IA y los deepfakes en el proceso electoral podría tener consecuencias significativas. Aunque existen esfuerzos para desarrollar herramientas de detección, la rápida evolución de la tecnología plantea desafíos continuos para preservar la integridad de los procesos democráticos.
3. Robots asesinos y la militarización de la inteligencia artificial
El uso de la IA en el ámbito militar ha experimentado un aumento exponencial, desde drones hasta sistemas autónomos de armas letales (SAL). En noviembre de 2023, el gobierno de Estados Unidos anunció el respaldo de 47 estados a una declaración sobre el uso responsable de la IA en el ámbito militar.
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Aunque esta declaración busca mitigar riesgos "irresponsables", la realidad es que la IA ya se ha insertado en operaciones militares de diversas formas. La capacidad de reconocimiento de patrones, aprendizaje autónomo y predicciones precisas ha llevado a una carrera armamentista de IA.
El 2024 podría presenciar no solo el despliegue de la IA en sistemas de armas, sino también en logística, sistemas de apoyo a decisiones e investigación y desarrollo militar. La preocupación principal radica en el desarrollo de sistemas autónomos de armas letales, los llamados "robots asesinos". Aunque figuras destacadas como Stephen Hawking y Elon Musk han advertido sobre los peligros, la tecnología se acerca cada vez más a la materialización de estos autómatas letales. Informes sobre el despliegue del dron Zala KYB-UAV en Ucrania y el desarrollo del sistema Ghost Shark en Australia dan indicios de que la realidad de los robots asesinos podría estar más cerca de lo que muchos imaginan. La inversión global en IA para propósitos militares, con un aumento significativo en el gasto chino, señala un futuro donde la guerra con IA se convierte en una nueva realidad.
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