Según los expertos, los principales riesgos de utilizar robots como compañeros sexuales es que fomentan la imagen de la mujer como un objeto.
La Fundación para la Responsabilidad Robótica también indicó que podrían poner en riesgo las reglas del consentimiento sexual y las relaciones éticas de las personas.
Uno de los temores de los usuarios es que los usuarios estarían pidiendo a los fabricantes crear robots sexuales infantiles, lo cual motivaría a los pedófilos a usar este tipo de robots.
Por su parte, diarios internacionales como The Guardian, defiende este tipo de robots, argumentando que están diseñados para satisfacer las necesidades sexuales debido a su similitud a los seres humanos, además sirven de terapia para quienes tienen algún tipo de dificultad para mantener relaciones íntimas.
En la actualidad, los robots sexuales pueden costar entre 5.000 y 15.000 dólares.
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