Mariano Sigman y Santiago Bilinkis trabajaron juntos para escribir el libro 'Artificial: La nueva inteligencia del contorno de lo humano', que busca hacer reflexionar a las personas sobre la IA en la vida de las personas, sus orígenes, sus beneficios y también cómo puede consumir el tiempo de la personas.
Sigman comentó en La Nube, de Blu Radio, que es necesaria una conversación razonable, sin pasiones y sin miedos extraordinarios sobre la inteligencia artificial.
"Es un libro en el que miramos la inteligencia artificial desde su historia, la curiosidad que nos ha llevado a ella, cómo nos interpela, qué preguntas nos hace a nosotros como humanos, también cómo puede cambiar nuestra identidad o cómo trabajamos, cómo puede mejorarnos, cómo cambiar la educación, pero cada una de estas cosas diría, sin fatalismo, sin tampoco dejar de ser atentos y responsables y de pensar a qué cosas tenemos que tenerle cuidado, pero sin entrar en pánico ni tampoco entrar en emociones desorbitantes", dijo Sigman.
El argentino, quien también tiene un PhD en Neurociencia, es escritor y codirector del Human Brain Project, manifestó que este es un libro que no usa terminología compleja, sino que busca explicar de manera simple el origen y cómo va la inteligencia artificial para el ciudadano de a pie.
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"Yo creo que es bueno acercarse y entenderla. Darle la bienvenida a ese mundo amablemente y cuidadosamente fue la intención del libro", añadió.
¿La inteligencia artificial acabará a la humanidad?
Mariano Sigman señaló que si la humanidad se acaba será por las decisiones que tome, pero no por la inteligencia artificial.
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"Nosotros tenemos ya tanta evidencia de que no necesitamos ninguna tecnología ni ningún artefacto para hacernos daño a nosotros mismos. O sea, el mundo está plagado de guerra, la gente se pelea en la calle. Entonces la decisión de destruirnos va a ser una decisión nuestra", comentó.
También hizo una reflexión sobre lo que puede consumir la inteligencia artificial y son las debilidades de la humanidad como la pereza, la vanidad, que también va ligada a las redes sociales y el tiempo que se pasan en estas, así no se tenga un objetivo o no se entienda lo que se está consumiendo en los dispositivos tecnológicos.
"Nadie te ha obligado a que hagas un scroll de 800 historias en Instagram o TikTok. Lo hacemos porque han encontrado justamente nuestros puntos débiles y ese es el lugar en el que más tenemos que cuidarnos, que en última instancia tiene que ver con realmente convertirnos en protagonistas de nuestra propia vida", concluyó.