Esta instalación utiliza rayos X especiales para permitir a los investigadores analizar a nivel nanométrico las propiedades y funcionamiento de materiales que no pueden identificarse a simple vista y se espera que la tecnología sea usada en una amplia gama de áreas, desde alimentos hasta medicina.
La instalación consta de un acelerador lineal con una longitud de 110 metros y un acelerador circular con una circunferencia de 349 metros y puede procesar los llamados rayos X blandos o rayos X de longitud de onda larga.
El proyecto surge de una asociación regional público-privada, en la que el Ejecutivo japonés ha invertido 20.000 millones de yenes (129 millones de dólares) y el Gobierno y empresas locales unos 18.000 millones (116 millones de dólares).
Los investigadores del centro consideran que NanoTerasu también podrá utilizarse para el descubrimiento de medicamentos y otros avances en la industria de los semiconductores, además de otras áreas en el terreno de los materiales, como la mejora de las lentes de contacto para la visión.
Los rayos X blandos son apropiados para analizar carbón y nitrógeno y empresas e institutos de investigación podrán utilizar las instalaciones durante 200 horas al año durante 10 años si pagan una suscripción de 50 millones de yenes
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