La creciente masificación y uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en que se produce y consume información de todo tipo, incluso, la financiera.
De hecho, la IA ha demostrado ser una herramienta valiosa para la gestión de las finanzas personales. Hoy por hoy, es posible encontrar diversas aplicaciones que ofrecen soluciones automatizadas para gestionar los recursos económicos. Algunos de los usos más comunes son los siguientes:
- Asistentes virtuales: los chatbots son cada vez más comunes en las aplicaciones de banca móvil y gestores de finanzas personales. Estos sistemas utilizan técnicas de procesamiento de lenguaje natural para ayudar a los usuarios a entender sus estados de cuenta, programar transferencias y realizar pagos.
- Análisis de gastos: existen aplicaciones que utilizan técnicas de análisis de datos y aprendizaje automático para analizar los gastos del usuario, identificar patrones de consumo y brindar recomendaciones para mejorar la gestión del presupuesto. De hecho, algunas generan alertas cuando se está llegando al promedio mensual de gastos.
También pueden detectar fraudes y actividades sospechosas en los movimientos de dinero — una ventaja que ya empiezan a aprovechar las billeteras digitales.
- Inversiones automatizadas: los robot-advisors son sistemas que utilizan algoritmos de IA para recomendar estrategias de inversión personalizadas para los usuarios a través de su capacidad de analizar grandes cantidades de datos en poco tiempo y encontrar patrones y tendencias. Por ejemplo, basta proporcionarle un prompt a ChatGPT como “lista cinco empresas con mejor retorno de inversión en el S&P500” o “analiza las mejores empresas para invertir hoy” y este arrojará un listado de las empresas más prometedoras”, indica Javier Hernández, director de la escuela online ‘Invierta Para Ganar’, asesor y experto en inversiones en bolsa de valores.
Pese a sus bondades y lo prometedora que parece esta nueva tecnología, Hernández indica que, si bien la IA puede ser una herramienta útil en el análisis de datos financieros, no debe ser la única herramienta ni fuente de información que utilicen las personas.
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“Su uso no puede reemplazar o excluir la educación financiera: la comprensión de los conceptos básicos de inversión y el análisis de diversas variables sigue siendo fundamental para la toma de decisiones exitosas”, agrega.
Desde su escuela ha identificado algunos riesgos que deben ser conocidos por los usuarios de estas herramientas:
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- Exposición de datos personales e información sensible: es fundamental que las personas consulten y lean en detalle las políticas de privacidad y protección de datos de las empresas que ofrecen estos servicios.
- Robo de información: los sistemas de IA pueden estar expuestos a ataques informáticos o puede usarse por ciberdelincuentes para el desarrollo de código malicioso para robar información financiera y poner en riesgo los ahorros e inversiones de los usuarios. Por otro lado, “empresas como Amazon o Google han alertado a sus empleados sobre los riesgos de compartir información personal o sobre sus empresas en ChatGPT y aplicaciones similares, ya que se corre el riesgo de que sea develada posteriormente en las respuestas que ofrece a usuarios”, advierte un informe de la compañía global de seguridad, Prosegur.
- Suplantaciones de identidad: la capacidad que tienen estas herramientas para crear o imitar voces humanas o generar imágenes hiperrealistas, puede ser utilizado para cometer estafas o fraudes.
- Sesgos en la toma de decisiones financieras: dependiendo de cómo y con qué tipo de datos haya sido entrenado el modelo de aprendizaje automático, este puede reproducir sesgos que afectan la objetividad en la toma de decisiones financieras. Ante esto es fundamental que los usuarios sean conscientes de esta posibilidad y que siempre verifiquen los resultados generados por estos algoritmos y los contrasten con otras fuentes antes de tomar decisiones financieras importantes.
- Phishing: los ciberdelincuentes pueden utilizar la generación automatizada de correos de apariencia real con el objetivo de engañar a usuarios a efectos de acceder a información confidencial o a sus sistemas informáticos. Las IA generativas redactan contenido con alta calidad y estética lo que podría hacer imperceptible el phishing.
Por eso, es preciso que la población no solo se siga capacitando en la planificación y control de sus gastos, sino también que empiece a comprender cómo funciona la IA, cómo personalizar el algoritmo en función de sus intereses y necesidades y, especialmente, cuáles son los riesgos a los que se expone al momento de utilizarla para gestionar su economía.
“Asegurarse de usar herramientas reconocidas, proteger los datos personales, no proporcionar información sensible, indagar la política de privacidad y seguridad del desarrollador, leer los términos y condiciones de la herramienta y utilizar contraseñas seguras son algunas claves para controlar el riesgo”, señala Hernández.
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