Según sus declaraciones en Telegram, el gigante tecnológico reveló, en una de sus actualizaciones, la ubicación de varias instalaciones militares ucranianas. Sin embargo, después de que esta información se hiciera pública, Google tomó la decisión de eliminar rápidamente los datos.
Kovalenko explicó que las imágenes incluidas en los mapas de Google mostraban claramente los emplazamientos actualizados de las fuerzas armadas de Ucrania . Aunque no especificó qué instalaciones o sistemas se vieron comprometidos, hizo hincapié en la urgencia de la situación, ya que Kiev intentó comunicarse con Google inmediatamente para "solucionarlo rápido". Lamentablemente, los empleados de la compañía no estaban disponibles debido al fin de semana.
La reacción de las autoridades ucranianas no se hizo esperar, y el político expresó su indignación ante la situación. "Los rusos ya están difundiendo activamente estas imágenes. ¿Qué le pasa a este mundo?", cuestionó Kovalenko, reflejando así la preocupación sobre la seguridad y la privacidad en tiempos de conflicto.
Ante el clamor público y la inquietud de los funcionarios, Google finalmente se puso en contacto con las autoridades ucranianas para abordar la problemática. Kovalenko indicó que, tras la presión, la empresa tecnológica aseguró que estaba trabajando en soluciones para evitar que este tipo de incidentes se repitieran en el futuro. "Hablaremos sobre cómo solucionar rápidamente cualquier problema", añadió, enfatizando la necesidad de una comunicación más efectiva.
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Un portavoz de Google también se pronunció sobre el asunto, afirmando que Google Maps, al igual que otras aplicaciones de mapas, utiliza imágenes satelitales de diversas fuentes, que pueden incluir tanto datos públicos como privados. "Podemos confirmar que estamos en contacto con funcionarios ucranianos para revisar las solicitudes conforme a nuestras políticas globales y la ley local", destacó.
Este episodio pone de relieve los riesgos asociados a la divulgación de información sensible en plataformas tecnológicas, especialmente en un contexto tan delicado como el conflicto en Ucrania. La propagación de imágenes detalladas de instalaciones militares no solo compromete la seguridad del país, sino que también plantea interrogantes sobre la responsabilidad de las grandes empresas tecnológicas en la protección de datos críticos en tiempos de crisis. La situación evidencia la necesidad de una mayor vigilancia y protocolos más robustos para evitar que información sensible caiga en manos equivocadas.
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