En cinco años Francia solo tendrá en funcionamiento teléfonos con conexión a Internet. Por lo tanto, las líneas fijas que se han utilizado desde hace más de un siglo quedarán para la historia a partir de 2023.
En noviembre de este año comenzará oficialmente la transición, pues a partir de ese momento ya no se venderán más este tipo de servicios. Los cables de cobre y los teléfonos de poste serán cosa del pasado.
Sin embargo, se prevén dificultades en esta transformación, pues 20 millones de franceses aún utilizan la telefonía fija y las generaciones mayores se verían abocadas a un sistema para el que no están habituadas.
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El 70% de las empresas todavía utilizan la conexión tradicional, por lo que el cambio supone retos para varios sectores.
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