Una tormenta geomagnética, causada por una serie de erupciones solares y que podría ser la más severa desde 2005, alcanzó la Tierra el pasado viernes al anochecer, según informó la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica.
"Tenemos por delante un acontecimiento muy, muy raro", dijo en una conferencia de prensa Shawn Dahl, coordinador en el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC, en inglés) en Boulder, Colorado.
Los vientos solares que se mueven directamente hacia la Tierra a casi 800 kilómetros por segundo alcanzaron el planeta.
"Hemos notificado a los operadores de infraestructura crítica, incluidas las comunicaciones, los satélites y las plantas de energía eléctrica", añadió el funcionario.
Publicidad
SWPC ha alertado también a la Agencia de Gestión de Emergencias (FEMA), pero no espera "un colapso pasivo catastrófico".
Las tormentas geomagnéticas, explicó el portavoz, pueden tener impacto en la infraestructura orbital terrestre y en la superficie de la Tierra con el potencial de interferir con las comunicaciones, la red de energía eléctrica, la navegación y las operaciones de radio y de satélites.
Publicidad
En las últimas horas, desde la NASA pudieron identificar que el Sol no para en su actividad y la explosión solar más fuerte de este ciclo acaba de lanzarse desde el mismo grupo de manchas solares que generó las auroras de la semana pasada.
Inusuales auroras boreales
Según la Organización Meteorológica Mundial, las auroras consisten en un fenómeno luminoso en capas superiores de la atmósfera con formas como arcos, bandas o cortinas, a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros, por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra.
Por su parte, la NOAA, la agencia científica de EE.UU. encargada de monitorear las condiciones de la atmósfera y de los océanos, explicó que una eyección de CME es una erupción de material solar que, cuando llega a la Tierra, puede producir una tormenta geomagnética, mientras que una alerta G5 es la máxima en un baremo de escala G1-G5.