Un equipo internacional de científicos ha descubierto que en el Cretácico, hace cien millones de años, las hormigas ya tenían unas estructuras microscópicas de comunicación muy similares a las de sus descendientes y parientes actuales.
El estudio, realizado a partir del análisis de tres hormigas conservadas en ámbar, demuestra que estas hormigas eran sofisticadas comunicadoras químicos, como las de hoy en día.
Los detalles de la investigación -realizada por científicos de las universidades de Hokkaido y Fukuoka (Japón), y del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, se han publicado este viernes en la revista Scientific Reports.
Trabajos anteriores habían documentado grupos de hormigas de la especie extinguida 'Gerontoformica gracilis' que habían quedado conservadas unas muy cerca unas de otras, lo que sugería un comportamiento social que, sin embargo, los científicos no podían justificar.
La mayoría de las hormigas actuales dependen de la comunicación para cazar, defenderse y reproducirse como un nido cohesionado. Para comunicarse, usan las feromonas que detectan los órganos sensoriales de sus antenas, llamados sensilas antenales.
Sin embargo, debido a las propiedades de dispersión de la luz del ámbar, las técnicas de imagen tradicionales no podían captar estas microestructuras.
Esta técnica invasiva consiste en cortar las antenas y las cabezas de tres hormigas G. gracilis extinguidas, esmerilar y pulir el ámbar circundante hasta un grosor de ~100μm y girar los especímenes para capturar imágenes.
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