La Nasa lanzó su nuevo megacohete , en la madrugada del miércoles, pero problemas técnicos amenazaron con aguar la fiesta por tercera vez. Los ingenieros se vieron forzados a pausar el fluido de hidrógeno líquido hacia el sistema de lanzamiento debido a la filtración en una válvula de la plataforma móvil de despegue, y fue enviado un equipo para abordar el problema.
Finalmente, el percance se resolvió y los expertos aprovecharon la la ventana de dos horas de oportunidad para el lanzamiento que inició a la 1:04 de la madrugada hora local.
"Llegará nuestro momento, y esperamos que sea el miércoles", había dicho el lunes en la noche Mike Sarafin, el gerente de la misión Artemis 1 de regreso a la Luna.
Además elogió "la perseverancia" de sus equipos tras dos intentos de despegue fallidos debido a dos huracanes.
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Cincuenta años después de la última misión Apolo, este vuelo de prueba no tripulado, que sobrevuela la Luna sin aterrizar en su superficie, busca confirmar si el vehículo es seguro para una futura tripulación.
Se espera que este mismo cohete lleve a la Luna a la primera mujer y a la primera persona negra.
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La previa
Pese a que se trata de un lanzamiento nocturno, se espera que unas 100.000 personas admiren el espectáculo, particularmente desde las playas aledañas.
Andrew Trombley, un entusiasta del espacio de St. Louis, Missouri, espera ansiosamente un despegue exitoso después de varios viajes inútiles para el lanzamiento. "Yo era demasiado pequeño para las misiones Apolo, así que (...) quería estar aquí en persona", dijo.
El lanzamiento ha atraído a hordas de turistas, así como a lugareños.
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Kerry Warner, de 59 años, abuela y educadora semiretirada que vive en Florida, considera que el despegue es "parte de Estados Unidos y de lo que es Estados Unidos". "La tercera es la vencida, lo esperamos", contó.
Las complejas operaciones de reabastecimiento de combustible empezarán el martes en la tarde en el Centro Espacial Kennedy, y estarán comandadas por Charlie Blackwell-Thompson, la primera directora de lanzamiento de la NASA.
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El cohete color naranja se llenará con 2,7 millones de litros de oxígeno líquido e hidrógeno. Durante el verano boreal, una fuga de hidrógeno provocó la cancelación del segundo intento a último momento.
Desde entonces, los procedimientos se modificaron y verificaron con éxito a través de una prueba.
La primera cancelación tuvo que ver con un sensor defectuoso.
Los funcionarios de la NASA han repetido que estos problemas son normales para una nave nueva, de la que sus equipos están aprendiendo.
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