Un emocionante descubrimiento arqueológico ha revelado el rostro de una adolescente del siglo VII, gracias a los esfuerzos de investigadores de la Universidad de Cambridge. Los restos óseos y artefactos encontrados en un entierro en Trumpington Meadows, cerca de la ciudad de Cambridge, han sido objeto de estudio durante más de una década.
La joven, de tan solo 16 años, fue enterrada con una inusual cruz de oro y granate, conocida hoy en día como la Cruz de Trumpington. Mediante el análisis de su cráneo, los científicos lograron reconstruir su apariencia facial, proporcionando nuevas pistas sobre su vida en aquel entonces. Los resultados de esta investigación fueron publicados recientemente en el portal de la Universidad británica.
El artista forense Hew Morrison utilizó las medidas del cráneo y datos de profundidad del tejido en mujeres caucásicas para crear una imagen del rostro de la adolescente. Aunque no se pudo determinar con certeza el color de sus ojos y cabello sin un análisis de ADN, la reconstrucción ofrece una fuerte indicación de su apariencia antes de su fallecimiento.
Morrison comentó: "Fue fascinante ver cómo se desarrollaba su rostro. Su ojo izquierdo estaba ligeramente más bajo, alrededor de medio centímetro, que el derecho. Esto seguramente sería algo notable durante su vida".
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Además del análisis facial, se realizaron investigaciones isotópicas en los huesos y dientes de la joven utilizando el concepto de "eres lo que comes". Los bioarqueólogos Sam Leggett y Alice Rose, junto con la arqueóloga Emma Brownlee, llevaron a cabo este estudio como parte de una investigación de doctorado en la Universidad de Cambridge.
Los resultados revelaron que la adolescente se mudó a Inglaterra desde una región cercana a los Alpes, posiblemente el sur de Alemania, después de cumplir los 7 años. También se encontró que la proporción de proteínas en su dieta disminuyó ligeramente pero de manera significativa una vez que llegó a Inglaterra. Este cambio ocurrió poco antes de su muerte, lo que indica que el período entre su migración y su entierro cerca de Cambridge fue trágicamente corto.
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Leggett, quien ahora forma parte de un equipo especializado en la Universidad de Edimburgo, afirmó: "Sabemos con certeza que era una niña muy joven cuando se mudó y, según ciertos componentes que hemos analizado, creemos que probablemente lo hizo desde una zona montañosa del sur de Alemania hacia una parte llana de Inglaterra".
Este fascinante descubrimiento proporciona una visión única de la vida de una adolescente en el siglo VII y destaca la importancia de la investigación arqueológica para comprender nuestro pasado. La Cruz de Trumpington y el rostro reconstruido de esta joven anglosajona nos invitan a reflexionar sobre la historia y las historias individuales que se ocultan bajo tierra, esperando ser descubiertas.
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