En la vastedad del océano Pacífico , existe un misterioso continente que ha permanecido oculto durante siglos: Zelandia. Este continente, en su mayoría sumergido bajo las aguas, es mucho más que un mero fragmento de tierra; es una joya geológica que ha desafiado nuestra comprensión del mundo.
Orígenes de Zelandia
Los primeros indicios de la existencia de Zelandia se remontan a la antigüedad. Aristóteles, Eratóstenes y el cartógrafo Ptolomeo se referían a él como Terra Australis Ignota, un continente desconocido del sur. La creencia en su existencia se basaba en la idea de simetría geométrica en el mundo conocido en la Grecia clásica.
Sin embargo, fue el intrépido explorador holandés Abel Tasman quien, en 1642, se topó con un conjunto de islas que hoy conocemos como Nueva Zelanda. Aunque esto parecía ser un descubrimiento significativo, Zelandia seguía siendo un enigma en gran parte.
El mapa definitivo de Zelandia
Pasaron 375 años hasta que finalmente se confirmó la existencia de Zelandia, gracias a un estudio científico llevado a cabo por GNS Science de Nueva Zelanda. Este estudio se basó en la recopilación de muestras de rocas dragadas del fondo del océano, lo que permitió la creación de un mapa detallado de los límites de Zelandia, conocido en maorí como Te Riu-a-Māui.
Zelandia se extiende a lo largo de impresionantes 5 millones de kilómetros cuadrados, y hasta ahora, su superficie completa había permanecido en gran parte desconocida. Su historia está entrelazada con la de Gondwana, el antiguo supercontinente que, al separarse hace millones de años, dio origen a los continentes que conocemos hoy.
Zelandia bajo las olas
A diferencia de sus vecinos, como la Antártida y Oceanía, la mayoría de Zelandia quedó sumergida bajo el océano. Solo un puñado de tierra emergió en forma de las islas de Nueva Zelanda, Nueva Caledonia y los pequeños territorios australianos de la isla de Lord Howe y la pirámide de Ball.
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Debido a su ubicación bajo el océano, Zelandia había sido insuficientemente estudiada, lo que llevó a inconsistencias en su representación. Hasta el momento, solo se había cartografiado la zona sur del continente.
La investigación definitiva
El geólogo Nick Mortimer lideró una nueva investigación que permitió definir los dos tercios restantes de Zelandia y refinar los mapas existentes. Como resultado, se ha completado el mapeo geológico de todo el continente de Zelandia, abarcando esos enormes 5 millones de kilómetros cuadrados.
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Este logro se basó en el análisis de muestras de rocas y sedimentos recolectados en el lecho oceánico, así como en las orillas de las islas circundantes. Las dataciones revelaron la antigüedad de estas rocas, que datan desde el Cretácico Inferior hasta el Eoceno, proporcionando pistas cruciales sobre la historia geológica de Zelandia.
¿Por qué Zelandia es un continente?
La corteza continental suele tener unos 40 kilómetros de profundidad, mucho más gruesa que la corteza oceánica, que ronda los 10 kilómetros. Zelandia, con aproximadamente 20 kilómetros de profundidad, se encuentra en un punto intermedio. Su plataforma se extendió considerablemente cuando se separó de Gondwana, y con el tiempo, se hundió, aunque no al nivel de la corteza oceánica típica.
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Los científicos argumentan que, tanto por la espesura de su corteza como por la composición de sus rocas, Zelandia merece el título de continente.
Implicaciones geopolíticas
La reciente designación de Zelandia como continente tiene implicaciones significativas. Según la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, los países pueden extender sus territorios legales más allá de su Zona Económica Exclusiva para reclamar su "plataforma continental extendida". Esto incluye valiosos recursos minerales y petroleros.
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Demostrar que Zelandia es parte de un continente más grande podría permitir a Nueva Zelanda expandir su territorio seis veces, lo que ha llevado a un aumento en la financiación de la exploración marina en los últimos años.