Para muchos, el día de la graduación del colegio o la universidad es algo importante, pero Aldo Amenta lo convirtió en una real prueba de vida.
El día de la tan esperada ceremonia en la Universidad Internacional de la Florida, donde recibiría su título de ingeniero en electrónica, vestido con su toga y su birrete, Aldo llevaba algo más.
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Amarrado a su cuerpo, el joven portaba un dispositivo que le permitiría cumplir uno de sus más grandes sueños: ponerse de pie luego de permanecer tres años en silla de ruedas.
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En entrevista con BLU radio, el joven, de origen venezolano, explicó que se trata de un exoesqueleto robótico, que le permitió dar esos pasos que estremecieron el auditorio de la institución educativa y que ahora le dan la vuelta al mundo.
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María de los Ángeles, su mamá, cuenta que Aldo se preparó durante un año para este momento. Asegura que se trató de un “trabajo titánico” para llegar a la meta.
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A sus 25 años, Aldo quedó tetrapléjico luego de lanzarse a una piscina poco profunda y fracturarse el cuello, lo que lesionó su medula espinal. Durante la entrevista, recordó cómo este episodio cambio su vida radicalmente.
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Pese a esto, tres años después sabe que su esfuerzo no es en vano y envió un mensaje de fortaleza para aquellos que viven la misma situación.
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“Manténganse positivos, mantengan la fe, tengan mucha paciencia y perseverancia, no hay que dejarse vencer por nada, que todo es posible”, aseguró Amenta.
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Además, quiere poner sus conocimientos a disposición de las personas que, como él, enfrentan esta prueba por diferentes circunstancias y sueñan con volver a caminar.
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“Es mi sueño, me gustaría integrar la parte electrónica dispositiva a la salud de la gente”, dijo.
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Su familia también envió un mensaje a aquellos padres que tienen que enfrentar estas duras pruebas con sus hijos. Ven en “la fe y el amor incondicional” la clave para no desfallecer en los momentos más difíciles, en los que el cansancio y el desánimo aparecen.
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El joven venezolano tiene un especial cariño por Colombia. Su abuela paterna es colombiana y vive en Mompox. Hasta allá llegó la alegría de su hazaña. Esa alegría que ahora comparte el mundo entero, que aplaude su tenacidad y se inspira en ella.
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*Fotografías cortesía de Aldo Amenta y su familia.
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