Indígenas de la comunidad Misak manifestaron desde la carrera 100 con calle 26, en Bogotá, donde estaban ubicadas lasestatuas de Isabel la Católica y de Cristóbal Colón que: “La historia es un dispositivo de poder contada desde la voz de los opresores, con tal razón nos hemos visto abocados a reconfigurar el pasado colonial que refleja ideología práctica y acciones que buscan aniquilar lo diverso”.
“Nosotros obedeciendo el mandato colectivo de nuestros antepasados nos permitimos informar que tenemos una responsabilidad ancestral de limpiar y procurar la sanación de todas aquellas heridas coloniales”, mencionaron.
Además de eso, la comunidad Misak concluyó en la lectura del comunicado que “si se siguen cayendo los manifestantes por las calles a causa de la acción policiva” van a seguir tumbando estatuas.
Informaron también que al derribar las estatuas están “borrando todo vestigio colonial en el presente porque ellos son los que asesinan, torturan y desaparecen a nuestros jóvenes”.