Este domingo, un grupo de mujeres se reunió para inaugurar un sindicato de trabajadoras sexuales, proyecto que venían armando desde hace aproximadamente un año y que hoy es una realidad, la Asociación Sindical de Trabajo Sexual en Colombia (Astrasex).
Este sindicato nació con el fin de hacer un llamado al estado colombiano sobre la legitimidad que necesita su labor, así como el control y vigilancia por parte de la Policía, a la que Katherine Ángel, presidenta de Astrasex, acusó de abusar física y sexualmente de trabajadoras en Bogotá y otras ciudades de Colombia cuando hacen revisiones en los establecimientos.
En diálogo con Mañanas Blu, cuando Colombia está al aire, Ángel dijo que sus quejas y peticiones al Estado se han ido directamente a “llorería”, es decir, que no han sido escuchadas y la situación no cambia, pues se siguen presentando abusos policiales y sus condiciones laborales aún no se regulan.
"Las trabajadoras sexuales en modalidades virtuales poseen o tienen dos códigos en la Dian y pagan retención en la fuente. Mientras no exista una regulación a los establecimientos o tercerizados, nosotras no tenemos ninguna garantía de derechos, básicamente, lloramos en la llorería porque ninguna entidad estatal nos ofrece garantías de nada", comentó.
“Llevamos muchos años reclamando la legitimidad y la defensa de los derechos laborales de todas nosotras en todas las modalidades del trabajo sexual; hemos sido constantemente silenciadas, calladas, minimizadas. Nos han acusado, incluso, de ser culpables de la trata (de personas) y la explotación”, añadió.
Denuncia de abuso
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Ángel denunció que la Policía, encargada de la vigilancia y control de esta modalidad de trabajo, “constantemente” entra a los establecimientos, “reciben coimas” y ven a las modelos con el argumento de verificar que sean mayores de edad.
“Somos víctimas de la Policía constantemente, el enemigo número uno de la trabajadora sexual es la Policía, cobran coimas para ejercer en cualquiera de sus modalidades, ya sea en calles, establecimientos o estudio Webcam; ahora son extorsionadas por policías, violencia sexual y física”.
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Recalcó que los agentes entran a dichos lugares desconociendo la ley y “exigen ver a las modelos, supuestamente, “para ver si son mayores de edad, pero entran a espacios donde están desnudas, pasa en Bogotá y en todo el país”.
Según aseveró, hay muchos temas de corrupción, lo que permite que la explotación sexual continúe y no se controle ni regule adecuadamente, permitiendo que el Gobierno reconozca “su ejercicio como trabajadores, pues muchas que trabajan en modalidad virtual pagan impuestos, pero no tienen acceso a sistemas de salud o de seguridad”.
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