Troy Deeney, exfutbolista del Watford y un conocido personaje dentro del mundo del fútbol, ha captado recientemente la atención de los medios por una impactante confesión. Durante una entrevista en el podcast Undr the Cosh, Deeney reveló detalles de una extravagante fiesta en Las Vegas en la que derrochó una fortuna. Esta historia no solo ha sorprendido por los montos involucrados, sino también por los detalles de la fiesta que se ha convertido en un escándalo dentro y fuera del deporte.
Una celebración de ascenso que terminó en un derroche millonario
Todo comenzó en 2015, cuando Deeney y su equipo, el Watford, lograron el ascenso a la Premier League, uno de los logros más importantes para cualquier club en Inglaterra. Como es costumbre en el fútbol, las celebraciones tienden a ser grandes, pero Deeney llevó esta tradición a un nivel completamente nuevo. Decidió volar a Las Vegas junto a algunos compañeros para celebrar este éxito de manera monumental.
En el transcurso de tres días, el exjugador inglés gastó más de 300.000 euros en fiestas. Lo que más destaca es la desmesura de los gastos: 96.000 dólares en una fiesta en una piscina, otros 96.000 en el famoso hotel MGM por la mañana y, finalmente, 72.000 dólares en otra fiesta nocturna.
"Pensaba que estaba en el cielo
"
Uno de los momentos más controversiales de la entrevista es cuando Deeney relata cómo se vio rodeado por modelos de Victoria's Secret durante uno de los eventos. Según cuenta, había un grupo de futbolistas en una despedida de soltero cerca de su mesa, y fue allí donde el inglés terminó participando en una fiesta que incluía a 15 mujeres canadienses, quienes, según él, eran modelos de la famosa marca de lencería.
Publicidad
"Pensaba que estaba en el cielo", dijo Deeney entre risas, rememorando ese instante de su vida. Este tipo de comentarios, aunque anecdóticos, han sido objeto de críticas por parte de quienes consideran que reflejan una actitud de excesos y frivolidad.
Reflexiones y arrepentimiento
Si bien la anécdota puede sonar como la fantasía de muchos, Deeney no tardó en mostrar arrepentimiento durante la entrevista. El exfutbolista confesó que la fiesta y el despilfarro fueron el resultado de su ego y la inmadurez. A pesar de disfrutar en su momento, ahora lamenta profundamente haber derrochado tal cantidad de dinero. Deeney admite que, al mirar atrás, se da cuenta de lo innecesario y perjudicial que fue esa experiencia.
Publicidad
“Fui un imbécil del más alto nivel", señaló con franqueza, admitiendo que, de poder retroceder en el tiempo, no volvería a cometer los mismos errores. También comentó que los 300.000 euros que gastó en esa fiesta hoy en día le vendrían muy bien para otros fines más productivos.
Lecciones sobre el dinero y la fama
La historia de Troy Deeney es solo un ejemplo más de cómo el dinero y la fama pueden llevar a comportamientos excesivos. Las presiones que enfrentan los futbolistas de élite, sumadas a los salarios descomunales, pueden generar situaciones donde la realidad se distorsiona y el sentido común se pierde. Muchos deportistas jóvenes se ven atrapados en un ciclo de lujo y derroche, solo para darse cuenta, tiempo después, de los errores cometidos.
Deeney, ahora retirado, utiliza esta experiencia como una lección personal, y sus palabras pueden servir de advertencia para otros atletas que están comenzando sus carreras. Es un recordatorio de que, aunque la fama y el éxito pueden ser efímeros, las decisiones financieras mal tomadas pueden tener repercusiones a largo plazo.