En una entrevista, que promete desatar debates en el seno de la Iglesia católica, el papa Francisco lanzó un poderoso mensaje contra la hipocresía de criticar la bendición de parejas homosexuales mientras se pasa por alto otros pecados graves. Esta entrevista, concedida a la revista católica 'Credere', se publicará íntegramente mañana, pero ya adelanta posturas que reafirman el compromiso del Pontífice con una iglesia más inclusiva y acogedora.
Condena a la doble moral
El papa no ha dudado en señalar la contradicción de escandalizarse por la bendición a parejas homosexuales y no por otros actos igualmente cuestionables.
Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un empresario que quizás explota a la gente y esto es un pecado gravísimo. Mientras se escandaliza si se lo doy a un homosexual… ¡Esto es hipocresía!
"Fiducia Supplicans":
un documento de acogida
Al referirse a las críticas recibidas por el documento 'Fiducia Supplicans', publicado por la Congregación para la Doctrina de Fe, el papa reitera que el núcleo del texto es la acogida. Dicho documento marca un hito al explicar que se podría bendecir a parejas consideradas 'irregulares' para la Iglesia, incluyendo a las del mismo sexo, algo que ha sido recibido con satisfacción por diversas conferencias episcopales, aunque también ha generado rechazo en sectores más conservadores.
La inclusión de las mujeres en la curia
Otro punto destacado en la entrevista es la apertura del trabajo en la curia a las mujeres, algo que el papa considera vital. "En la Curia romana ahora hay varias mujeres porque desempeñan mejor que nosotros los hombres en ciertos roles", afirmó el papa tras subrayar el valor de la diversidad y la igualdad de género en los roles de liderazgo dentro de la Iglesia.
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Francisco también habló sobre su estado de salud y reiteró una frase que ha utilizado en meses recientes para tranquilizar sobre su movilidad: "La Iglesia se gobierna con la cabeza, no con las piernas".
Además, hizo un llamado a una Iglesia más cercana a la gente, reconociendo el sufrimiento de muchos y la necesidad de que el clero viva de manera menos cómoda y más comprometida con las realidades del pueblo.
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