En su reflexión dominical, el pastor Andrés Corson compartió una profunda enseñanza sobre la importancia de integrar a las nuevas generaciones en la iglesia, usando su experiencia personal en Australia como punto de partida.
Al recordar una iglesia contemporánea que visitó en su juventud, resaltó cómo esta rompía con las normas tradicionales y ofrecía un espacio relevante para los jóvenes. Sin embargo, también alertó sobre los peligros de descuidar la inclusión multigeneracional, destacando el ejemplo de una iglesia en Australia que perdió fieles al hacer un cambio brusco de liderazgo sin tener en cuenta a todas las generaciones.
Corson basó su mensaje en el Salmo 78, que subraya la importancia de transmitir las enseñanzas y actos poderosos de Dios de generación en generación: “No les ocultamos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación les contaremos de las gloriosas obras del Señor”. Enfatizó que las iglesias deben evitar crear brechas generacionales y, en cambio, deben permitir que cada generación se conecte con la siguiente a través de líderes que comprendan sus desafíos.
Finalmente, Corson hizo un llamado a empoderar a los jóvenes, recordando las palabras de 1 Timoteo 4:12: “Que nadie te menosprecie por ser joven”.
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