
"No pensemos que conquistamos a Dios con un par de avemarías": Rafael de Brigard
La fe se demuestra con acciones de amor y justicia. Monseñor Rafael de Brigard invita a vivir el Evangelio en cada gesto de misericordia y servicio.

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En este segundo domingo de Cuaresma, monseñor Rafael de Brigard nos invita a reflexionar sobre la esperanza, la oración y la presencia de Dios en nuestras vidas. En un mundo donde la desesperanza puede amenazar nuestra paz interior, la fe en Dios se presenta como un faro que ilumina nuestro camino.
Citando el Salmo 26, nos recuerda que "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?". Este llamado a la confianza en Dios nos anima a vivir con valentía, sabiendo que en Él encontramos refugio y fortaleza. La esperanza, como virtud fundamental, nos permite vivir con razones para seguir adelante, enfrentando los desafíos con el consuelo de su presencia.
El Evangelio de Lucas (9, 28-36) nos presenta el episodio de la Transfiguración, donde Jesús, en oración, se muestra en su gloria ante Pedro, Santiago y Juan. Este momento revela dos aspectos esenciales de Cristo: su condición de orante y su naturaleza divina. Monseñor de Brigard destaca que "en la vida del cristiano nada importante debe carecer de una oración previa", recordándonos que todo proyecto, decisión o cambio significativo debe estar precedido por un diálogo sincero con Dios. La oración nos permite abrir el corazón a la voluntad divina y reconocer a Jesús como nuestro guía en el camino de la vida.
Escuche la reflexión completa aquí:
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