
El papa Francisco, de 88 años, enfrenta actualmente un estado de salud complejo. Según informó el Vaticano este martes, el sumo pontífice padece una neumonía bilateral que requiere tratamiento farmacológico adicional al que ya recibe para su infección polimicrobiana. La Santa Sede destacó que la infección se presenta en un contexto de bronquiectasias y bronquitis asmática, lo que ha complicado su tratamiento.
Esta situación ha reavivado las dudas sobre la elección de un nuevo papa, especialmente en lo que respecta a la edad para asumir el pontificado. Francisco fue elegido sumo pontífice a los 76 años.
Edad máxima para elegir a un papa
El proceso de elección de un nuevo papa está regulado por estrictas normas establecidas por el Vaticano. Una de las reglas menos conocidas, pero fundamentales, es la edad límite para ser considerado "papable". Según las normativas actuales, los cardenales mayores de 80 años no pueden participar en el cónclave ni ser elegidos sumo pontífice.
Esta disposición fue establecida en 1970 por el papa Pablo VI a través del motu proprio Ingravescentem Aetatem. Su principal objetivo es garantizar que el proceso de elección esté en manos de cardenales en pleno uso de sus facultades y con la energía necesaria para asumir el liderazgo de la Iglesia Católica.

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La justificación detrás de esta regla es asegurar que el papa tenga la capacidad y la vitalidad necesarias para guiar a la Iglesia de manera efectiva. La edad avanzada puede traer consigo problemas de salud y una disminución en la capacidad de toma de decisiones. Al establecer una edad máxima, la Iglesia busca evitar la elección de un pontífice de edad avanzada que fallezca poco después, lo que podría generar inestabilidad.
¿Qué es el cónclave?
El cónclave es la reunión secreta en la que los cardenales eligen al nuevo papa. Para ello, los cardenales electores se encierran en la Capilla Sixtina y votan hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. La norma que excluye a los cardenales mayores de 80 años reduce el número de votantes, pero también garantiza que el nuevo líder sea elegido por aquellos que aún desempeñan un papel activo en la Iglesia.
El derecho canónico y las normas que rigen la elección papal pueden ser modificados si un papa así lo decide. Sin embargo, hasta ahora, todos los pontífices han mantenido esta regla, considerándola un criterio prudente para preservar la estabilidad y vitalidad del liderazgo eclesiástico.