El pastor Andrés Corson invita a reflexionar sobre la historia del rey Ezequías, quien a través de su fe, oración y fidelidad, experimentó el favor de Dios en momentos críticos de su vida. Basándose en el libro de Isaías, Corson destaca cómo Ezequías, ante la noticia de su inminente muerte, oró con fervor y lágrimas, recordando al Señor su fidelidad.
“Acuérdate, Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido haciendo lo que te agrada” (Isaías 38:3). Esta oración no solo le otorgó quince años más de vida, sino que también reveló la importancia de una relación genuina con Dios, construida en fidelidad y comunión constante.
Publicidad
Corson enfatiza que la fidelidad de Ezequías se reflejó en su rechazo a la idolatría y en la restauración de la adoración en Judá. “Ezequías hizo lo que era agradable a los ojos del Señor” (2 Reyes 18:3), eliminando prácticas paganas y estableciendo nuevamente el culto a Dios en el templo.