El padre Rafael de Brigard invitó a los oyentes a experimentar la gracia, bendición y alegría que se encuentran en la relación con Dios. Inspirado en las palabras de San Pablo, “estén siempre alegres”, el sacerdote subrayó la importancia de vivir los momentos de oración, eucaristía y caridad con optimismo y esperanza, experimentando la cercanía de Dios en cada aspecto de nuestras vidas.
Basándose en el Salmo 32 y el Evangelio de San Marcos, el padre de Brigard destacó la bondad y misericordia de Dios, quien observa como un padre amoroso que siempre está atento a las necesidades de sus hijos.
Al recordar la petición de Santiago y Juan para sentarse junto a Jesús en su gloria, el padre reflexionó sobre el verdadero llamado del cristianismo: no el poder o el prestigio, sino el servicio y la humildad. Jesús, quien “no vino para ser servido, sino para servir”, enseña que la grandeza reside en ser servidores de los demás.
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