Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Palabra del Señor
Lectura del día
Lectura del primer libro de los Reyes (3,4-15):
En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer allí sacrificios, pues allí estaba la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos.
En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y le has cumplido esa gran promesa, dándole un hijo que se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama, mayores que las de rey alguno.»
Palabra de Dios
Reflexión
En esta lectura, se ve la compasión de Jesús hacia la multitud que lo sigue. Los apóstoles regresan con entusiasmo, compartiendo sus experiencias y enseñanzas, pero la intensidad de la labor los agota. Jesús, en su infinita sabiduría y amor, les invita a retirarse a un lugar tranquilo para descansar.
La reacción de la gente, al seguir a Jesús incluso cuando se retira, refleja el anhelo humano de encontrar guía y dirección. A pesar de sus necesidades físicas, Jesús no se enfada ni se retira, sino que siente compasión al ver a la multitud "como ovejas sin pastor".
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Esta imagen de ovejas sin pastor es poderosa. Nos recuerda la importancia de la guía espiritual, la necesidad de un pastor que nos conduzca con sabiduría y amor. Jesús, el Buen Pastor, se preocupa por nosotros incluso en medio de sus propias fatigas. Su respuesta no es de desdén, sino de enseñanza con calma.
En nuestra vida cotidiana, también enfrentamos el bullicio y las demandas del mundo, a menudo dejándonos sin tiempo ni espacio para el descanso. La lectura nos invita a buscar momentos de tranquilidad, a apartarnos del ajetreo para escuchar la voz suave y calmada de nuestro Buen Pastor.
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Que en medio de nuestras ocupaciones diarias, recordemos la importancia de encontrar momentos de retiro y reflexión, permitiendo que Jesús, el Pastor amoroso, nos guíe y nos enseñe con calma. Que su compasión nos inspire a compartir ese amor con aquellos que también buscan dirección y descanso en sus vidas.