El pastor César Castellanos recordó que el propósito de Dios para la humanidad está profundamente arraigado en su creación original. Dios formó al hombre a su imagen y semejanza, no solo en su aspecto físico, sino también en su carácter, esperando que viviera en obediencia.
Según Castellanos, "Dios quiso plasmar su carácter en el hombre, pero dependía de la obediencia, una prueba que Adán no superó". Este fracaso llevó al sacrificio de Jesús en la cruz, quien vino a redimir lo que Adán había perdido, ofreciendo la posibilidad de una nueva vida en Cristo. Al citar Romanos 8:1, Castellanos recordó que "ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no viven conforme a la carne, sino conforme al espíritu".
Finalmente, Castellanos llamó a los hombres a reflexionar sobre las áreas de sus vidas que aún no han entregado a Dios, recordando que Jesús es el más fuerte que puede atar y vencer cualquier atadura espiritual. "Si Jesús vive en ti, entonces todo lo viejo pasa y lo nuevo viene", afirmó, citando 2 Corintios 5:17.
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