A su regreso a Bogotá, tras concluir la agenda en Villavicencio en un día e dedicado a las Víctimas del conflicto, el Papa Francisco aseguró haber aprendido una lección de alta teología en torno a la reconciliación y el Perdón.
A su regreso de Villavicencio y como cierre del día de la reconciliación, el Papa Francisco acogió en las puertas de la Nunciatura Apostólica a un grupo de víctimas y ex victimarios, en su gran mayoría reconciliados.
El recibimiento estuvo a cargo del músico Alfredo de la Fe, quien rehabilitado de la adición al alcohol y quien dejó plantado al Papa Juan Pablo Segundo en 1986, por fin le cumplió la cita a un sumo Pontífice.
"Después de 31 años de estar esperando porque le quedé mal al Santo Padre Juan Pablo Segundo debido a que estaba en una adición tremenda", sostuvo el violinista.
Ya en el encuentro con las Víctimas, María Cecilia Mosquera, quien perdió a su familia en la voladura del oleoducto de Machuca en 1998 le dijo al Papa Francisco, que no podía perdonar.
"Todavía me falta otro poco para perdonar, ahí poco a poco voy recuperando esa tarea, voy encaminado esa tarea que él me dejó", señaló Mosquera.
El Papa Francisco le regaló un rosario, el cual considera como un símbolo para lograr el perdón hacia sus victimarios.
El encuentro con las víctimas conmovió al Sumo Pontífice al punto que dijo haber aprendido una lección.
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"Son muchos los que no pueden perdonar, todavía, pero hoy recibimos una lección de teología, de alta teología. Dios perdona en mí, basta dejar que él haga y toda Colombia tendría que abrir sus puertas como las abrió este hospital de Campo, y dejar que enteré él y que él perdone en uno, mira yo no puedo, pero hacelo vos", expresó el papa.
El Papa Francisco, finalizó su agenda con agradecimiento a las Víctimas, con un saludo a los asistentes y con una oración por la reconciliación.
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