En su reflexión dominical, el padre Rafael de Brigard invitó a los oyentes a agradecer a Dios por la vida, la familia y el trabajo, así como por las dificultades que enseña a vivir. Recordó que la vida no solo consiste en lo material, sino que hay una dimensión espiritual que debemos cultivar continuamente.
Citando el Evangelio de San Marcos, donde Jesús enseña que quien hace el bien en su nombre no debe ser impedido, sino valorado como parte del plan divino, el padre enfatiza la importancia de ser universales y abiertos a compartir los bienes espirituales con todos, sin excluir ni cerrar el acceso a las cosas de Dios.
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