En su reflexión dominical, el Padre Rafael de Brigard invita a contemplar la figura de la Virgen María en este tiempo de Adviento, destacando su entrega total a la voluntad de Dios. Recordando el encuentro entre María e Isabel, relatado en el Evangelio de San Lucas, el Padre enfatiza cómo Isabel, llena del Espíritu Santo, reconoce la grandeza de María y el fruto de su vientre: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre" (Lucas 1:42). Este encuentro, cargado de espiritualidad y alegría, subraya la importancia de la fe y la disposición total a la obra divina.
El padre Rafael resalta el canto del Magníficat como una expresión de alabanza y gratitud de María hacia Dios, quien "derribó a los poderosos y exaltó a los humildes" (Lucas 1:52). María, al declararse la "esclava del Señor", se convierte en un modelo de humildad y fe inquebrantable.
En sus palabras: "La Virgen no se mira a sí misma; exalta la obra de Dios que trasciende para el beneficio de toda la humanidad". Este testimonio nos enseña a vivir con apertura al plan divino, permitiendo que la fe transforme nuestras vidas y las de quienes nos rodean.