Uno de los comportamientos característicos de los gatos es que contantemente se estén lamiendo su pelaje o sus patas, y el imaginario más común sobre este tipo de animales, es que al odiar el agua, esta es la forma como se asean a sí mismos. Aunque en parte es cierto, utilizan la lengua para mucho más que cumplir funciones de aseo.
La lengua de los gatos tiene la particularidad de contar con largas papilas gustativas, las cuales, por su forma, les permite acumular una buena cantidad de saliva que posteriormente les sirve para cepillar a su pelaje.
La capa externa del pelo de los gatos los protege y la interna los mantiene calientes. Al lamerla le hacen mantenimiento, evitan nudos, eliminan la suciedad y cualquier rastro de pulgas.
Este hábito felino también cumple con la función de refrigerar su cuerpo, ya que estos solo sudan en sus patas, así que la lamerse, le ayudan a su cuerpo a equilibrar su temperatura corporal.
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