El pequeño felino vive desde 2005 en un asilo geriátrico de Estados Unidos y, desde entonces, se ha convertido en el “mensajero de la muerte”

Todo comenzó cuando Óscar fue encontrado junto a sus hermanos por uno de los médicos de asilo Steere House, ubicado en Rhode Island, Estados Unidos, quien decidió adoptarlo para que cumpliera la función de un animal de terapia

En un principio, al gatito le costó adaptarse a su nuevo entorno, pero en cuestión de seis meses entró en confianza y comenzó a rondar los pasillos del centro como si fuera un empleado más

La primera muerte que predijo fue la de una mujer que tenía un coágulo en la pierna que la mantenía postrada, en esa ocasión el felino entró a la habitación, la olfateó y se acurrucó sobre la extremidad de la mujer. Horas más tarde falleció

Con el pasar de los días, Óscar adoptó un patrón con los pacientes que estaban a punto de morir; siempre entraba, los olfateaba y se acostaba sobre ellos por unos minutos

El personal médico pensó que se trataba de una simple coincidencia, pero cuando los casos se fueron aumentando de forma consecutiva, los profesionales comenzaron a creer que era un don

Sin embargo, aunque los médicos creyeran que una persona estaba próxima a fallecer por los síntomas, en muchas ocasiones el gato les confirmaba que estaban errados

Según un artículo publicado en la revista científica New England Journal of Medicine, los cuidadores llevaban al animal hasta la habitación de las personas más críticas, pero si el gato no se acurrucaba significaba que todavía no era su hora

A medida que pasaba el tiempo, el comportamiento del felino llevó a los expertos a buscar una explicación científica de la razón del porqué Óscar podía predecir la muerte de las personas

Razón por la que se abrió la hipótesis de que el animal podía sentir el cambio de olor que presenta el cuerpo unas horas antes de fallecer, la cual se explica en el libro ‘Haciendo rondas con Oscar: El extraordinario regalo de un gato común y corriente’, del médico especializado en geriatría David Sosa

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