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En California, Estados Unidos, un caso ha dado de qué hablar cuando salió a la luz la historia de Kristi Schmidt, una mujer de 54 años, que, al ver a su hija triste, decidió quedar embarazada de la pareja de ella para poder cumplirle el sueño de ser mamá. Y, aunque suena algo mal, el proceso fue algo pactado entre los tres.
Ella no quedaba embarazada desde los 24 años y decidió intentar volver a tener un hijo al ver que a su hija le prohibieron volver a intentarlo tras perder dos bebés en el camino, que, según le dijeron, otro podría costarle la vida y esto estaba creando problema en su vida en pareja. Por eso, Kristi les comentó su idea de someterse a un embarazo subrogado, idea que venían mirando desde antes de darse.
"Heidi necesitaba a alguien que cuidara el embrión que ella y John crearían. ¿Quién mejor que la propia abuela del bebé para hacerlo? (...) Por mi edad, lo último que quería mi hija era ponerme en peligro. Pero yo estaba en forma, sana y, además, jubilada, así que con todo el tiempo del mundo", contó en diálogo con The Guardian.
La idea también fue apoyado por el esposo de Schmidt que lo vio como un actor de amor de una madre por su hija, pues ponía en riesgo su vida al tener una edad avanzada. Pero, por fortuna, el proceso de embarazo fue bueno y sano pasando semanas como cualquier otra mujer con náuseas y todos los síntomas hasta el día en que le dio luz a su nieto.
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"No había estado embarazada en 28 años, pero celebré el cansancio y las náuseas matutinas porque eran señales de que todo iba bien, y a mi esposo le encantaba bromear con la gente", contó. En sus redes, la hija y su esposo le han agradecido en múltiples ocasiones este gesto.
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