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“No estaba muerto, estaba durmiendo”: el Ojo de la noche y sus imperdibles anécdotas en Bogotá

El Ojo de la noche contó entre risas la vez que llegó a cubrir el supuesto asesinato de un taxista y, al llegar al lugar, gracias al pitó de otro vehículo, se dio cuenta de que no estaba muerto sino durmiendo.

Edward Porras, el Ojo de la noche
Edward Porras, el Ojo de la noche
Foto: captura de video de Noticias Caracol

Edward Porras se ganó el reconocimiento de todos los bogotanos por su trabajo en el Ojo de la noche de Blu Radio y Noticias Caracol. Diariamente, mientras la mayoría de las personas duermen, él está recorriendo Bogotá en busca de noticias e historias para reportar.

Porras, en entrevista con #LoMásViral, reveló cuáles fueron las historias más duras que tuvo que cubrir y contó aquellas anécdotas que hasta risas le generó. Señaló que la noticia más dolorosa que informó fue la de Yuliana Samboní, la menor que en 2016 fue abusada y asesinada por Rafael Uribe Noguera, mientras que la más graciosa fue la de la “yegua caballo”.

“Hay historias bonitas. Hay una que recuerdo mucho que fue la del caballo desbocado por la (calle) 26. Le puse nombre al caballo y después resultó que era una yegua”, dijo Porras entre risas.

Además, destacó aquellas historias curiosas o extrañas que se ha encontrado en las noches bogotanas, como la del grupo de personas que caminaba hacia atrás a medianoche en la localidad de Kennedy.

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“Eso es muy loco, uno como va a creer esa vaina. (…) Nadie dijo por qué caminaban hacia atrás. (…) Cuando fuimos, comenzó a oler a azufre, cuando salieron las personas de espaldas caminando y venían hacia nosotros, como si tuvieran ojos en la espalda, desviaron a la derecha sincronizados y se perdieron”, señaló.

Pero la anécdota que más llamó la atención fue la del taxista “muerto que no estaba muerto”, sino que estaba durmiendo.

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“Reportaron un taxista que lo habían asesinado y nosotros llegamos, el taxi estaba solo y superempañado, que casi no se veía para adentro. Llegamos y grabamos al señor, estaba con la boca abierta y todo, cuando por allá otro taxista pitó y el señor estaba profundo. Estaba era dormidito”, contó.

Las anécdotas del Ojo de la noche

Asimismo, destacó la vez que un ciclista se cayó al piso por querer saludarlo, pero aclaró que no por culpa de él, sino de un error al frenar la bicicleta.

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