La elección del nombre para un recién nacido, es algo que, en muchos casos, se planea con mucho tiempo de anterioridad. Algunas personas se inspiran en antepasados, figuras públicas como actores o actrices, personas queridas, significados bíblicos, entre otras.
En Colombia, la elección de nombres suele ser un reflejo de las tendencias culturales, sociales y hasta mediáticas. Para 2025, los expertos en onomástica y analistas culturales anticipan una serie de nombres que podrían marcar la pauta entre las nuevas generaciones.
Según registros preliminares del Registro Nacional de Estado Civil, se espera un aumento en la preferencia por nombres que combinan lo tradicional con un toque moderno. Nombres como Emilia y Matías, que han dominado las listas en años recientes, continúan siendo favoritos. Sin embargo, se prevé un repunte de nombres menos comunes pero cargados de significado, como Isidora y Gael.
Algo que seguirá vigente es la influencia de las plataformas de streaming y las producciones audiovisuales. Series populares, telenovelas y películas tienden a popularizar nombres de personajes icónicos. En este sentido, se proyecta que nombres como Alma, inspirado en protagonistas de dramas internacionales, y Damián, asociado con personajes carismáticos, ganen popularidad.
Además, la conexión con la naturaleza será una fuente de inspiración importante para los padres colombianos. Nombres como Luna, Sol, y Arán, que evocan elementos naturales y armonía, se consolidan como opciones atractivas. Esta tendencia responde, en parte, al creciente interés por estilos de vida más sostenibles y en sintonía con el medio ambiente.
El impacto de las culturas indígenas también se visibiliza en la elección de nombres. Voces como Amaru, Nayra y Kuntur, provenientes de lenguas nativas, se posicionan como un tributo a las raíces ancestrales del país.
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En cuanto a nombres internacionales, se percibe una inclinación por opciones de origen europeo, especialmente las de raíz francesa e italiana. Chloe, Lorenzo y Amélie destacan en este segmento.
Estos nombres, además de ser elegantes, suelen percibirse como globales, lo que agrega un atractivo adicional en un mundo cada vez más interconectado.
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No se puede pasar por alto la influencia de la religión y la espiritualidad, que continúan siendo pilares en muchas familias colombianas. Nombres como Santiago, María José y José Miguel se mantienen vigentes, renovando su presencia en los registros de nacimiento.
Para 2025, los nombres en Colombia serán un interesante mosaico de tradición, modernidad e influencias globales.
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