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Mujeres: las víctimas de la pandemia de la violencia doméstica

"Me sacó el teléfono, me rompía la ropa, me hacía comer comida que yo no quería, él me controlaba todo y después me llamaba una prostituta (...) decía que yo le debía la vida y mi cuerpo": Gloria.

Violencia contra la mujer
Violencia contra la mujer
Foto: AFP, imagen de referencia

En una antigua granja de madera de Nueva Jersey transformada en refugio para mujeres golpeadas, Gloria aún lucha con sus fantasmas. Es una de las tantas víctimas deviolencia doméstica, que se agrava en Estados Unidos y el resto del mundo desde el comienzo de la pandemia.

De Argentina a Singapur, el COVID-19 y el confinamiento que implicó ha provocado un aumento de los casos y de su gravedad, y ha dificultado las denuncias de abusos y el acceso de las víctimas a ayuda, aseguran responsables de refugios y defensores de víctimas.

Gloria, una neoyorquina de 56 años que no quiere dar su apellido por razones de seguridad, llegó hace unos seis meses al refugio "Strengthen Our Sisters" que acoge a unas 80 mujeres y varios niños en siete casas, pero antes debió hacer una cuarentena de dos semanas, totalmente aislada.

En su dormitorio rosa y rojo decorado con osos de peluche, muchos corazones y un árbol de Navidad con una foto de Jesús, describe a su expareja como "un monstruo" que la golpeaba y la obligaba a trabajar para él a cambio de drogas.

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"Me tenía trancada con él, sin mi familia, me hablaba bien mal, me maltrataba bien mal, y yo todavía le quería", contó llorando a la AFP esta mujer menuda y de ojos azules, vestida y maquillada con esmero, que tiene cinco hijos ya mayores de otra relación y varios nietos.

- "Me controlaba todo" -

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"Me sacó el teléfono, me rompía la ropa, me hacía comer comida que yo no quería, él me controlaba todo y después me llamaba una prostituta (...) decía que yo le debía la vida y mi cuerpo", relató en español esta mujer de padres puertorriqueños, exadicta a la pasta base de cocaína, que durante un tiempo vivió en las calles de Coney Island, en Nueva York.

"La pandemia de COVID-19 ha exacerbado la habilidad de los abusadores para usar tácticas de poder y control", dijo a la AFP Connie Neal, directora de la coalición contra la violencia doméstica de Nueva York, que confirma el aumento de las solicitudes de ayuda en el estado.

A raíz del confinamiento, el abuso en el hogar se prolonga por más tiempo y los casos son más graves, señaló por su lado Cassie Mecklenburg, directora de la organización de ayuda a víctimas y refugio "Sheltering Wings" en Danville, Indiana, un estado donde las muertes por violencia doméstica crecieron 102% entre marzo y diciembre.

"Las personas tienen más dificultad en acceder a los servicios de ayuda, pero cuando finalmente tienen la oportunidad de hacerlo, las denuncias son más serias", dijo Mecklenburg.

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Mencionó asimismo el alza del desempleo, el consumo de alcohol y drogas y el acceso reducido a servicios sociales durante la pandemia como otros factores que han agravado la situación.

- Una "pandemia en las sombras" -

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Un informe de ONU Mujeres publicado en abril, poco después del inicio del confinamiento, alertó sobre "la pandemia en las sombras" que representa la violencia doméstica y el alza de casos registrados en países como Estados Unidos, Canadá, Argentina, Francia, Gran Bretaña y España, pero no hay cifras recientes disponibles.

De todos modos, "los números no cuentan toda la historia. Incluso con estas alzas, sabemos que la violencia doméstica que se reporta es inferior a la real", dijo a la AFP la directora de la coalición contra la violencia doméstica de Rhode Island, Tonya Harris.

En su pequeño estado, los llamados de víctimas de violencia doméstica para pedir ayuda aumentaron 90% desde el inicio de la pandemia, y también creció la demanda por alojamiento de emergencia.

Sin embargo, muchos refugios estadounidenses tuvieron que limitar los ingresos debido a las reglas de distanciamiento social y la cuarentena.

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"Fue muy difícil agregar a más personas a la casa", dijo Cheryl Bullock-Hannah, voluntaria del refugio "Strengthen Our Sisters" que se financia casi totalmente con donaciones. "Y los servicios sociales aún no han abierto (...) todo es virtual, lo cual dificulta todo".

Para enfrentar la crisis, la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, anunció un acuerdo con Airbnb para alojar de manera temporaria a víctimas de violencia doméstica en su ciudad.

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Otro problema: según la abogada Victoria Goodlof, que defiende a víctimas, debido al cierre de las cortes por el COVID-19, a veces los sobrevivientes "ya no pueden obtener una orden de protección temporaria en el mismo día, lo cual puede resultar en más peligro".

Y audiencias de varios de sus clientes para obtener protección permanente previstas para marzo o abril del año pasado aún no han sido reagendadas.

Para las víctimas de violencia doméstica, la pandemia de coronavirus es "una montaña muy grande que escalar" que se suma a un camino plagado de obstáculos, señaló Goodlof, abogada del New York Legal Assistance Group, una organización sin fines de lucro.

"Y no parece que esto vaya a desaparecer pronto".

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