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Los muceños estamos acostumbrados a recibir migajas: desgarradoras imágenes de las guaqueras de Muzo

La tierra que vivió la cruenta guerra entre los zares de las esmeraldas y los narcotraficantes ahora es epicentro del hambre y la pobreza.

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Mina en Muzo, Boyacá.
Foto: captura de pantalla video Los Informantes.

En la mina La Voladora de Muzo, en Boyaca, casi 3.000 mujeres cada semana se ilusionan con ser las nuevas guaqueras en un mundo lleno de pobreza, con la esperanza de encontrar al menos un chispa de esmeralda que les cambie la vida. Así lo evidenció el programa Los Informantes de Caracol Televisión.

En cuatro corrales, como si fueran pollos, se agolpan esperando que les den entrada al lugar, tras esperar por horas el material estéril que les dejan las grandes mineras que hacen extracción en esta zona del país.

Es tal la disputa y la tensión que se vive que con tal de tener un bulto de tierra para escarbar que se empujan, discuten y hasta se pelean por ser las primeras en entrar a la zona.

"La esmeralda tiene un significado de riqueza y a la vez pobreza.De riqueza para la gente que logra obtenerla y de pobreza para nosotros que vamos tras una ilusión", indicó Juliana Castillo, una ingeniera industrial que sueña con obtener una piedra preciosa que le permita transformar su entorno.

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La mujer, de 25 años, cursa una especialización; y aunque no tiene con qué pagarla, trabaja para salir adelante, así sea raspando la tierra con sus propias uñas.

Castillo dijo que, contrario a lo que se piensa, Muzo no es la capital mundial de la esmeralda sino de la ruina y quienes están en las llamadas voladoras lo hacen por necesidad. A su vez, mencionó cómo durante décadas los gobernantes locales los han tenido en abandono total.

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Entre toneladas de material estéril, las mujeres lavan en un río lo que sobra de las mineras, esperando que se les haya pasado un grano de esmeralda y así encontrar su sustento tras madrugadas y horas con el sol directo.

La tierra que vivió la cruenta guerra entre los zares de las esmeraldas y los narcotraficantes ahora es epicentro del hambre y la pobreza.

El equipo de Los Informantes de Caracol Televisión fue testigo de las arduas jornadas de las guaqueras, quienes a la intemperie aguantan temperaturas de hasta 28 grados centígrados, hasta entrar a La Voladora; sacrificios que a veces no compensan al final del día, pues no alcanza para el sustento diario.

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“Hay días que no se hace nada, nada. Yo por ejemplo, llevo como casi un mes que no sé qué es llevar 10.000 pesos a la casa; en cambio si me toca pagar pasaje para allá y para aca”, dijo Anatilde González, una guaqueras de la tercera edad que también busca su diario en La Voladora.

Castillo, quien también es profesora, es consciente de ño duro esfuerzo y del abandono estatal, pero sigue adelante para cumplir sus sueños. "Nosotros los muzeños estamos acostumbrados realmente a recibir migajas", contó.

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Finalmente, la guaquera insistió en que el único camino para salir de las minas es la capacitación y el estudio y eso le inculca a sus alumnos día a día. Por tal motivo, manifestó que en caso de encontrarse una considerable cantidad del material precioso destinará todo en construir un centro universitario para los jóvenes de su municipio.

Escuche el podcast “Zorros y Erizos” y conozca por qué la brecha de género es tan grande en Colombia:

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