En el América de Cali Óscar Córdoba fue la figura y ahí se metió en los corazones de muchos colombianos.
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Respecto a su buenos y malos momentos Óscar comenta: “El problema no fue lo que paso sino lo que viene. Cuando tu te comes el gol, sientes la pena del gol pero ahí mismo viene otro y el problema no es el que pasó sino el que viene”.
La goleada más grande que recuerda el arquero es un 7-3. Era el primer partido del torneo doméstico, Córdoba estaba prestado a Millonarios del 92, acababa de ser figura en Ecuador y en el primer partido le metieron siete goles
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“Te preguntan de la alineación de ese 7-3 y nadie se acuerda, todos se acuerdan es del arquero. Yo me tengo que sobreponer de todos los golpes de la vida porque mi familia depende de mí”, dice.