Según una investigación de la clínica Mayo de EE.UU ., muchas de las tintas que se usan en los tatuajes no están sometidas a regulación, por lo que en ocasiones tienen nanopartículas que podrían acumularse en alguna parte del cuerpo y generar enfermedades a largo plazo.
Por otro lado, si aparecen manchas que puedan ser indicativo de alguna enfermedad, el tatuaje, si es de gran tamaño, lo podría esconder y no darse cuenta de ese “aviso”.
Es necesario tener en cuenta que algunas personas tienen reacciones alérgicas a los pigmentos, incluso años después de hacerse el tatuaje.
Publicidad
Un estudio realizado por autoridades de salud de Suiza entre 2008 y 2013 reveló que en las tintas de tatuajes analizadas encontraron 39 colorantes orgánicos distintos y ninguno de esos había sido aprobado para uso con contacto de piel.
Publicidad
Otro de los inconvenientes es que la intimidad se puede ver afectada, pues los tatuajes son marcas que en los archivos policiales quedan registrados.
Publicidad
Finalmente, aunque no menos importante, es una decisión de vida, pues el dibujo podría acompañarlo para el resto de su existencia a no ser que se lo quite con un procedimiento láser.