En Bogotá, Colombia , se encuentra un "tesoro" gastronómico que ha resistido el paso del tiempo y las transformaciones del entorno. 'La Puerta Falsa' es el icónico restaurante colombiano, fundado el 16 de julio de 1816, que ha sido reconocido como uno de los cien restaurantes más antiguos y emblemáticos del mundo, según la guía gastronómica Taste Atlas.
Con una base de datos que abarca 23.751 restaurantes tradicionales de todo el mundo, Taste Atlas selecciona aquellos que destacan no solo por su longevidad, sino también por el valor cultural que aportan a sus respectivas naciones. Este año, 'La Puerta Falsa' ingresó al selecto grupo, ocupando el puesto número 87 en la lista de los establecimientos más icónicos del planeta.
Ubicado en la calle 11 #6-50, a un lado de la Catedral Primada de Colombia, este centenario restaurante ha sido testigo de ocho generaciones y ha conservado con esmero las recetas tradicionales que lo han convertido en un referente culinario. La guía destaca especialmente dos platos de su menú: el tamal tolimense y el ajiaco, este último considerado el plato estrella de Bogotá.
El tamal, descrito como "un sabor de la cocina de la abuela", es un plato clásico de la selva que combina arroz especiado y pollo cocido en hoja de banano. Por otro lado, el ajiaco santafereño, adornado con guascas, una hierba colombiana, se sirve humeante en La Candelaria, el casco histórico de Bogotá, desde 1816. Este plato ha cautivado a locales y visitantes, convirtiéndose en un símbolo culinario de la región.
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En la lista de comensales ilustres que han cruzado las puertas de La Puerta Falsa, se incluyen presidentes, expresidentes, reconocidos periodistas de medios y hasta la intrigante figura de Manuelita Sáenz, conocida como 'La libertadora del libertador'. Se cree que esta heroína de la independencia visitaba el restaurante para adquirir los dulces favoritos de Simón Bolívar.
La historia de 'La Puerta Falsa' se entrelaza con los acontecimientos que precedieron al grito de Independencia. Su origen se remonta a una disputa entre el párroco Juan Bautista Sacristán y Galiano y una mujer vecina de la Catedral. La mujer, molesta porque no se le informó al párroco sobre un refrigerio, convenció a su marido de abrir un pequeño local de aguapanela para ofrecer comida a los santafereños que salían de la misa.
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Desde entonces, 'La Puerta Falsa' ha evolucionado de un modesto negocio a una institución culinaria, sirviendo auténticos sabores que han resistido el paso de los siglos. Su ubicación estratégica cerca de la Plaza de Bolívar ha permitido que generaciones de comensales disfruten de la tradición y la autenticidad que solo un lugar con más de dos siglos de historia puede ofrecer. Este restaurante no solo es una joya para Bogotá, sino también un tesoro en la escena gastronómica mundial.
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