Ana y Daniel Parra, hermanos por parte de padre, han vivido una historia de amor que ha desafiado convenciones y enfrentado duras críticas. Se conocieron cuando él tenía 17 años y ella, de 20, la contactó a través de Facebook por curiosidad, tras enterarse de que su padre había tenido un hijo con otra pareja. Lo que comenzó como una amistad, pronto se convirtió en un intenso romance que, a pesar de los esfuerzos por evitarlo, creció hasta convertirse en amor.
En una entrevista con el periódico El Español, Ana y Daniel compartieron cómo intentaron mantener su relación dentro de los límites establecidos por la sociedad, pero los sentimientos que compartían eran innegables.
A pesar de las dudas iniciales, decidieron mantener su relación en secreto, hasta que un viaje a Londres como pareja les dio el valor para enfrentar la realidad y declarar su amor sin miedo a las críticas.
"Intentamos mantener esa relación de hermanos, que es lo que marcan los cánones, pero nosotros no lo sentíamos así. No existía ese sentimiento fraternal. Yo conocí a una chica que me decían que era mi hermana y que tenía los mismos gustos que yo, pero no la podría catalogar como a una hermana", explicó Daniel.
Actualmente, Ana y Daniel tienen dos hijos, de 6 y 4 años, y luchan por casarse para ratificar su amor ante la sociedad. Sin embargo, en España, el matrimonio entre parientes directos está prohibido, lo que complica su deseo de oficializar su relación.
“¿Vamos a vivir escondidos por algo, por lo que no hacemos daño a nadie?”, expresó Ana, quien añadió que en países como Suecia sí sería legal, aunque renunciar a su padre y ser adoptada sería un proceso largo y costoso en su país.
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A pesar de las dificultades legales, Ana y Daniel siguen firmes en su decisión de vivir su amor con libertad. “Nos han dicho que vamos a arder en el infierno”, comentó Ana sobre los ataques que han recibido, aunque destacó que no toman estas críticas demasiado en serio. A medida que sus hijos crecen, ambos se preocupan por las repercusiones que pueda tener su historia en el futuro de los pequeños, quienes también podrían ser objeto de comentarios y prejuicios.