En los últimos millones de años, la Luna ha estado experimentando una reducción en su tamaño, según un reciente estudio. Los investigadores afirman que la circunferencia lunar se ha reducido aproximadamente en 45 metros debido al enfriamiento gradual del satélite, lo que podría tener consecuencias significativas para la Tierra en el futuro.
La Luna, compuesta mayormente de rocas y polvo, desempeña un papel crucial en la estabilización del eje de rotación de la Tierra, contribuyendo a la estabilidad climática del planeta. Además, su influencia gravitatoria es esencial para las mareas oceánicas.
Sin embargo, la disminución en el tamaño de la Luna no solo es un fenómeno estético. Las misiones espaciales que han llegado a la Luna han observado que su superficie se ha arrugado y pandeado, formando fallas que podrían representar un riesgo para futuras exploraciones. La misión japonesa SLIM, que aterrizó recientemente, enfrenta desafíos de generación eléctrica debido a problemas con sus paneles solares.
El artículo publicado en The Planetary Science Journal destacó que los terremotos lunares, causados por fallas en la corteza lunar, son una de las razones detrás de estos cambios. A diferencia de los terremotos terrestres, los lunares pueden persistir durante horas, presentando un riesgo para futuras misiones y asentamientos en la Luna.
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Los investigadores planean explorar más a fondo cómo estas fallas lunares podrían afectar la sismicidad lunar y cómo esto impactaría en las misiones espaciales planificadas. Se espera que esta investigación de a conocer la viabilidad de futuras exploraciones lunares.
Además, los expertos advierten sobre las posibles consecuencias para la Tierra debido a la pérdida gradual de tamaño de la Luna. La fuerza gravitatoria de la Luna sobre la Tierra, responsable de las mareas, podría desaparecer por completo con su reducción, afectando el equilibrio del ecosistema marino y reduciendo el número de mareas.
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