La lucha por la protección de los cadáveres es el propósito que mueve desde hace ya más de siete años a Bethesda African Cemetery Coalition (BACC), una organización que nació en la Iglesia Bautista Macedonia.
Bethesda (Maryland), donde tiene lugar la disputa por proteger el cementerio de esclavos Moses Macedonia, es un suburbio de unos 70.000 habitantes a poco más de 10 kilómetros al noroeste de Washington DC.
Las tensiones sobre el histórico cementerio encuentran sus raíces en un aparcamiento en la parte trasera del complejo de apartamentos Westwood Tower, en la zona de River Road de la población. Donde, entre 1911 y 1958, se enterraron vecinos de una comunidad afroamericana radicada cerca del río y que se dedicaba a la ganadería y a las plantaciones de tabaco.
Una cotidianidad que acabó cuando el grupo supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK) se instaló en la zona y empezó a promover actos violentos hasta conseguir despoblar la comunidad de River Road al 100 %, según Coleman-Adebayo, presidenta de BACC.
En los últimos años el condado de Montgomery ha tratado de seguir construyendo sobre las tierras en las que hay enterrados, según los activistas, alrededor de 500 cuerpos, una aspiración que chocó contra la oposición frontal de los miembros de BACC.
Actualmente, las parcelas son propiedad de la Comisión de Oportunidades de Vivienda (HOC, por sus siglas en inglés), una agencia gubernamental con el objetivo de responder a la necesidad de crear vivienda accesible en el condado.
Pero esta comisión pretende vender los terrenos del cementerio a un propietario privado. Los activistas sospechan que esta venta dificultaría su defensa en los tribunales porque, en su opinión, las leyes estadounidenses protegen más lo privado que lo público.
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