En los últimos años, la joyería sostenible ha ganado terreno en la industria, pues busca reducir el impacto ambiental y social de la producción de joyas. Por ejemplo, Joyería Inter ha implementando varias estrategias eco-amigables. Uno de sus proyectos más notables es la producción de joyas con oro verde, certificado para garantizar su origen y método de extracción sin contaminación de agua por mercurio o cianuro. Además, esta iniciativa incluye el pago de regalías que benefician a las regiones de origen y el fomento del uso de oro reciclado, animando a los clientes a reutilizar sus joyas antiguas.
La compañía también asegura que cada uno de sus diamantes cuenta con la Certificación del Proceso Kimberley, garantizando que no son "diamantes de sangre", es decir, que no provienen de zonas de conflicto ni financian guerras o abusos de derechos humanos.
La joyería sostenible no es más que el hecho de que todas aquellas piezas que se producen o generan a partir de algún tipo de mineral, como el oro o las esmeraldas, se produzcan con ética y conciencia ambiental desde que son diseñadas hasta que se manufacturan, empacan y distribuyen, llegando al consumidor final
En el ámbito del lujo, marcas reconocidas como Chopard utilizan oro 100 % ético en sus joyas, mientras que Prada ha lanzado "Eternal Gold", su primera colección de joyería sostenible hecha con oro reciclado certificado. Otras compañías importantes que se han unido a esta tendencia incluyen Cartier y Tiffany & Co.
Estas iniciativas reflejan un compromiso creciente en la industria de la joyería por adoptar prácticas más sostenibles y responsables, respondiendo a las preocupaciones de los consumidores sobre el impacto ambiental y social de los productos que compran.