Douglas Robertson vivió una experiencia aterradora que marcó su vida para siempre. En 1972, él y su familia emprendieron un viaje alrededor del mundo en un velero, siguiendo el sueño de su padre, Dougal Robertson
Sin embargo, lo que comenzó como una aventura se convirtió en una pesadilla cuando su velero, Lucette, fue embestido por ballenas asesinas en medio del océano
La familia se encontró a la deriva en el Pacífico durante 38 días, luchando por sobrevivir en dos pequeñas balsas
Su única fuente de alimento era la carne deshidratada de tortuga, y racionaban el agua potable que tenían. Experimentaron momentos de terror, como cuando las ballenas embistieron su barco y lo hundieron
Douglas recuerda el olor repugnante que desprendían las ballenas y el miedo que sentían al enfrentarse a criaturas tan imponentes en medio de la inmensidad del océano.
La familia tuvo que adaptarse rápidamente a las duras condiciones de supervivencia
Aprendieron a deshidratar carne bajo el sol y a recolectar agua de lluvia para mantenerse hidratados. Incluso utilizaron enemas para consumir agua sucia mezclada con sangre y grasa, filtrándola a través de sus cuerpos para evitar toxinas
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