La historia de Andrés Martínez es un ejemplo inspirador de cómo las oportunidades suelen presentarse en los lugares más inesperados. A los 11 años, dejó Colombia en busca de un futuro mejor y, tras dos décadas en Estados Unidos , ha recorrido un camino excepcional que lo llevó de ser maletero a convertirse en piloto de la compañía Delta Airlines.
Un comienzo difícil
Andrés llegó a Estados Unidos con su familia, sin mucho más que la esperanza de buscar una mejor vida . En diálogo con Recap de Blu Radio, recordó que “no tenía mucho que escoger” y fue una decisión de sus padres.
"Mis papás decidieron buscar una nueva oportunidad en un nuevo país y terminamos acá. Gracias a Dios y aquí estamos ya después de 20 años", subrayó.
En un primer momento, comenzó a estudiar en una universidad local. Sin embargo, durante sus años escolares, una oportunidad de trabajo en Delta Airlines cambió su vida para siempre.
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Mientras estaba en la universidad, Andrés aplicó varias veces para un trabajo como maletero en Delta. Después de muchas solicitudes y persistencia, finalmente logró conseguirlo. Este primer paso fue fundamental.
Mencionó que desde ahí empezó en 2013 y, aunque nunca imaginó que sería piloto, siempre quiso aprender sobre aviación.
"(...) Se abrió una oportunidad para trabajar como maletero en el tiempo del verano y ahí fue apliqué, apliqué, apliqué porque no era la primera vez ni la segunda ni la tercera. Yo creo que para trabajar con Delta era como más de más de 10 aplicaciones; quería trabajar con ellos y se abrió la oportunidad", recordó.
Desde pequeño, Andrés se sintió atraído por todo lo relacionado. Crecer cerca del Aeropuerto El Dorado, en Bogotá, le permitió observar cómo funcionaban estas máquinas y, a la edad de 16 años, su deseo de volar comenzó a formarse, pero la posibilidad de estudiar una carrera de piloto era un sueño lejos de su alcance por razones financieras.
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"Yo quería ser piloto como a los 16 o 15 años. Desafortunadamente, financieramente no podía ser piloto, mis papás no tenían ni yo tenía ninguna familia cercana que tuviera el dinero para poder pagarme una carrera tan cara y, al mismo tiempo, la universidad. Pues yo terminé mi ingeniería industrial y empecé a trabajar con Delta en diferentes departamentos; nunca se me fue la pasión de aprender, de poder volar", agregó.
El cambio de perspectiva
A pesar de las dificultades, se dedicó a completar su carrera y ascendió en su trabajo en Delta. En 2021, decidió tomar acción y unirse al programa Propel de Delta, el cual le brinda la oportunidad de capacitarse como piloto.
La realidad de ser piloto
A medida que se prepara para volar con Endeavor Air, una subsidiaria de Delta, Andrés reconoció que ser piloto conlleva retos significativos, pues dijo que no es una carrera sencilla “ni barata.
Además, el proceso para alcanzar la licencia de piloto y adquirir las horas de vuelo requeridas es extenso, pero aseguró estar enfocado en su objetivo.
La vida en Colombia
Cuando se le preguntó sobre lo que más extrañaba de Colombia, su respuesta fue clara: "La familia y la comida”. Aunque aclaró que tiene la suerte de vivir en un lugar donde hay muchos colombianos.
Ahora, Andrés mira hacia el futuro con optimismo y planea volar aviones de mayor envergadura en el futuro. El deseo de volar a Colombia para visitar a su familia continúa siendo su meta, y confía en que su camino le permitirá hacerlo en los próximos años.
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