La historia de Ana Tabares y la reforma penitenciaria en Colombia
Madres como Ana Tabares se ven obligadas a participar en actividades ilícitas debido a la falta de recursos para mantener a sus hijos.
Mientras los grandes capos del narcotráfico permanecen en libertad, mujeres de bajos recursos como Tabares enfrentan largas condenas por delitos menores.
La política de persecución de drogas en Colombia ha llevado a miles de mujeres pobres a prisión, separándolas de sus familias y perpetuando un ciclo de pobreza y desigualdad.
El Gobierno de Gustavo Petro busca abordar las desigualdades de género en el sistema judicial, permitiendo que madres de bajos recursos cumplan sus penas fuera de la cárcel mediante trabajo social.
Los hijos de las mujeres encarceladas a menudo quedan desamparados o bajo el cuidado de familiares, enfrentando dificultades emocionales y económicas.
La nueva ley colombiana ofrece una oportunidad para que estas mujeres se enfoquen en la reintegración social y el cuidado de sus familias.
La tendencia a criminalizar conductas relacionadas con la pobreza afecta desproporcionadamente a las mujeres sin educación formal y con empleos informales.
Muchas mujeres se ven obligadas a cometer delitos por necesidad, enfrentando dilemas éticos mientras luchan por proporcionar lo básico para sus hijos.
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