
El nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa , fallecido el domingo en Lima, tuvo como gran pasión la política. Pese a que no le gustaba recordarlo, tuvo simpatías con la revolución cubana y como candidato lideró la derecha en las elecciones presidenciales peruanas que perdió en 1990.
El escritor respiraba la realidad política desde muy joven. En su libro autobiográfico "La llamada de la tribu" (2018) cuenta que descubrió la política a los 12 años (1948) cuando el general Manuel Odría derrocó al presidente José Luis Bustamante y Rivero, quien era su tío por parte de su familia materna.
"Creo que una de las grandes pasiones de Vargas Llosa fue la política. Él proviene de una familia en donde la política estuvo presente desde temprano", dijo su amigo y biógrafo Pedro Cateriano.
En 2022, recién fue elegido el presiente Gustavo Petro, el escritor fue preguntado sobre la política colombiana y lanzó fuertes críticas por la llegada del candidato del Pacto Histórico a la Casa de Nariño.
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El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa arremetió contra las decisiones políticas en América Latina y, en particular, contra la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia.
Sus palabras quedaron registradas en la segunda edición del programa Mejor Hablar, emitido en 2022 y conducido por el periodista chileno Matías del Río. En entrevista con el medio chileno 24 Horas TV dijo: "Los colombianos al elegir a Petro, eligieron la pobreza… Yo creo que son tontos".
Líder de derecha
En la década de 1980, Vargas Llosa asumió desafíos mayores en su país, como abanderado de ideas liberales.
Ante los intentos del gobierno socialdemócrata del entonces presidente Alan García de nacionalizar la banca peruana, Vargas Llosa se perfiló como líder derechista encabezando las protestas contra esa acción en 1987.
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Ese año fundó el Movimiento Libertad y en 1990 postuló a la presidencia por el Frente Democrático. Era favorito, pero perdió ante el desconocido Alberto Fujimori.
Después de su derrota, se instaló en Madrid y continuó en la literatura, pero no dejó de estar pendiente de la política peruana e internacional.
"Vargas Llosa perdió electoralmente, pero triunfó en el campo político y de las ideas. Su campaña no sólo fue pedagógica, sino que hay que decirlo claramente, valiente y arriesgada", aseguró Cateriano quien lo acompañó en su fallida aventura política enarbolando las banderas de la derecha liberal.
El novelista fue un permanente crítico de dictaduras y de aquellos gobiernos que consideraba autoritarios, cuestionándolos desde artículos periodísticos y declaraciones públicas.
"Si hay algo que rescatar en Vargas Llosa precisamente es su acción política y en ese sentido le ha hecho mucho bien al Perú y a Latinoamérica", sentencia Cateriano.
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Vargas Llosa siguió vivamente la evolución de la política mundial, arremetiendo en los últimos años contra el populismo, "la enfermedad de la democracia", donde incluye desde el chavismo y el castrismo, hasta la ultraderecha y la izquierda radical europea o el nacionalismo independentista catalán.
"Si hay algo que rescatar en el mensaje político de Vargas Llosa es la verdad", aseguró Cateriano.