La hermana Gloría Cecilia Narváez confesó que Colombia siempre estuvo en sus pensamientos pese a los duros episodios en los que sus secuestradores extremistas la trataban de lo peor y buscaban minimizarla con maltrato psicológico.
“Me decían te vamos a violar, te vamos a matar, vas a ver te estás secando, luego de que te seques te quemamos. Veía el sol al otro día y decía gracias a Dios estoy viva y al final me tiraban una tortilla, me la tiraban me decían eres un perro de iglesia y me la tiraban; pero yo con esa fe grande en Dios decía tú me vas a sacar de aquí”, contó llorando la religiosa.
En un conmovedor relato la hermana narró cómo fueron sus más de cuatro años secuestrada. La religiosa integraba la congregación suiza de lasHermanas Franciscanas de María Inmaculada cuando fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 cerca de la localidad de Koutiala, 400 kilómetros al este de la capital, Bamako. Entonces, trabajaba como misionera desde hacía seis años en la parroquia de Karangasso.
En el programa Los Informantes, la periodista María Elvira Arango habló con la religiosa y entre lágrimas la religiosa narró los momentos desgarradores que pasó en sus más de mil días de secuestro y del proceso de sanación de la tras estar secuestrada por Al Qaeda en el desierto del Sahara.
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“Fueron cuatro años muy duros de palabras duras, de insultos en los que uno decía ¿pero por qué estos hombres son así? Tan extremistas, como me maltratan (…) Cuatro años y ocho meses de sufrimiento”, narró.
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Tras su liberación llegó deshidrata, desnutrida y con 30 kilos menos. Los secuestradores de la hermana Narváez se identificaron como hombres del Islam, quiénes también tenían en cautiverio a una ciudadana francesa y otra suiza. Por más que estuvo muchas veces al borde de la muerte, su fe nunca se vio quebrada. La hermana Narváez contó cómo que fue trasladada de un grupo a otro de hombres armados y escoltados y cómo fue golpeada cuando intentó escapar de sus captores.
“A pesar del sol que quemaba y de estos hombres con sus palabras, nunca perdí la paz, decía Dios un día me va a sacar de aquí… En tres o cuatro veces que yo intente salir, un hombre me golpeaba contra el suelo, me paraba y me volvía a pegar, me dio un golpe fuerte en la parte del oído, pero muy duro; y unos codazos en la clavícula de lado y lado, un manotazo y así me ponían cadenas por las noches. Durísimo unas palabras y golpes”, contó sin dejar de llorar.
Durante su periodo de cautiverio, se recibieron cuatro pruebas de supervivencia: el 1 de julio de 2017, el 29 enero 2018, el 12 de junio de 2018, y el 1 de mayo de 2021, esta última se conoció a través de una carta enviada vía e-mail por la Cruz Roja a su hermano Edgar Narváez, escrita de puño y letra por Gloria Narváez.
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