Una de las grandes pasiones que acompañaron a Guillermo Cano a lo largo de su vida fue el fútbol. No solamente lo practicaba como uno de sus pasatiempos, sino también acostumbraba a analizarlo y escribir sobre él.
Para el año 1950, surgió un gran torneo llamado 'La Dienorme' que reunía entre sus participantes a un gran número de aficionados bogotanos, entre los cuales se inscribió el ese entonces el joven Cano para participar con su equipo ‘Churros’.
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Cano destacaba por ser un típico delantero de área, no era muy gambeteador, pero siempre se encontraba en la posición exacta para casar el gol en el momento preciso, según dicen quienes le vieron jugar partiendo de los registros del diario El Espectador.
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Su equipo tuvo una destacada actuación en el campeonato, llegando a la final a enfrentar al equipo 'El Nogal'. En aquella oportunidad el ilustre Guillermo Cano tuvo que contentarse con el subcampeonato, pero desde ahí se dio fruto a lo que más adelante sería su vida amorosa.
En aquel partido, Cano empezó a interesarse por la madrina del equipo contrario, quien era invitada de honor por la familia de Antonio Rueda Caro, un fiel amigo de toros de Cano.
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La adolecente en quien Cano puso sus ojos, era Ana María Busquets, mujer de origen Catalán, con quien se casaría tan solo 3 años después.
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En diferentes entrevistas, el escritor manifestó que la participación en el torneo ‘La Dieniorme’ fue la oportunidad en el momento oportuno para abrir las puertas al amor.